La ausencia de partidos entre semana para el Real Madrid, por la eliminación a las primeras de cambio de la Copa del Rey tras alineación indebida de Denis Cheryshev en Cádiz, permite al nuevo técnico, Zinedine Zidane, aumentar la carga de trabajo para mejorar el aspecto físico de sus jugadores.

La principal preocupación de Zidane al hacerse cargo del primer equipo del Real Madrid tras la destitución de Rafa Benítez, fue el aspecto físico de varios jugadores importantes. El técnico francés aprovecha la semana para aumentar la carga física y buscar una rápida mejoría en su plantilla.

Así ocurrió en la segunda sesión de trabajo que el Real Madrid completó ayer en Valdebebas, con las ausencias del capitán Sergio Ramos y el galés Gareth Bale. Según indica la web del club, fue un exigente entrenamiento en el que Zidane apostó por combinar el trabajo físico con la presencia del balón.

El grupo de los futbolistas de la primera plantilla blanca estuvo reforzado con la presencia de los canteranos Carlos Abad, Marcos Llorente, el noruego Martin Odegaard y Borja Mayoral.

El capitán madridista, Sergio Ramos, con molestias en un gemelo que le hicieron ser sustituido en el descanso del encuentro ante el Deportivo, y el galés Gareth Bale, no saltaron al césped y se quedaron en el interior de las instalaciones de la Ciudad Real Madrid.

El intenso trabajo comenzó en el gimnasio, con trabajo de potenciación para los jugadores del Real Madrid, que utilizaron la máquina run rocket que permite completar ejercicios de fuerza aplicados al fútbol.

En el campo de entrenamiento los ejercicios ya fueron con balón, en series de control, pase y posesión con un trabajo específico para los porteros.