¿Cómo está tras estos meses en el Estudiantes?
Han sido positivos respecto al cambio que venía buscando, aunque es complicado para el club porque ahora mismo estamos en una situación de descenso y acaba de ser destituido nuestro entrenador [Diego Ocampo]. En ese sentido la situación no es ideal.
¿Esperaba una situación tan difícil cuando firmó?
Al venir a un club así buscas una mejora en el plano personal y no pensar tanto en la situación del equipo. Sabía que iba a tener más problemas que en el Iberostar Tenerife, pero creía que era la decisión acertada porque quería un mayor protagonismo.
¿Cómo está el ánimo de la plantilla?
El equipo es muy joven y los chicos tienen muchas ganas. Es cierto que la salida del entrenador ha sido un duro golpe, porque teníamos muy buena relación con él. Los resultados también están siendo malos, pero lo nuestro es trabajar y hacer lo que nos diga el entrenador que esté en el banquillo.
¿Esperaba lo de Ocampo?
Cuando tienes experiencia en este mundo, lo ves venir. Lógicamente no estoy contento con ello, porque tenía una buena relación con él, pero es parte del negocio.
¿Influyó mucho en su cambio de Tenerife por Madrid?
Sí, me dijo que iba a tener minutos, cosa que en Tenerife, por venir de una lesión y por empezar así como suplente no los iba a tener. Pero venga el jugador que venga supongo que el rol lo voy a mantener y eso va a ser así.
¿Cómo se vive en una situación inestable hasta para la plantilla con tantos cambios de jugadores en el grupo?
Es difícil, sobre todo por los norteamericanos que se han cambiado. No conseguimos una estabilidad, una continuidad de confiar en un grupo. Eso siempre es señal de que las cosas no van bien y que al equipo le falla algo. Esperamos que eso cambie y empecemos a caminar en una dirección.
¿Cree que es posible revertir la situación?
Sin duda. Ahora estamos en una situación mala, pero tampoco te diré que es crítica o imposible. Estamos a dos partidos de la salvación y queda una vuelta.
¿Siente que el Estu
Para eso trabaja el club y nosotros. Tenemos un hándicap económico importante y de cara al crecimiento estás limitado en ese sentido. Pero en todo lo que podemos intentamos trabajar para volver a ser ese equipo.
¿Qué tal ve a la nueva camada de canteranos como Juancho Hernangómez, Brizuela, Vicedo, Jaime Fernández con la responsabilidad que se les ha otorgado esta temporada?
Están haciendo todo lo que pueden y están a un nivel increíble. Hay que subir un peldaño a todos porque aquí dejan de ser jugadores jóvenes para ser parte de la plantilla y además, importantes. Por eso también hay que exigirles junto a los veteranos. Todos a una podemos tirar del carro. Así se saca esto.
Hay gente en Tenerife que aún no entiende su marcha. ¿Cómo volvería a explicarlo?
A ver, cada uno entiende lo que le da la gana entender. Me fui del equipo en la quinta jornada, con lo que el club tenía margen para encontrar a otro. El contrato ponía estas condiciones de poder marcharme, porque era un contrato que tenía sus cosas buenas y sus cosas malas. Una de las buenas para mí eran estas. Ya había demostrado que podía jugar, que estaba bien y no lo dudé en cuanto a tener más protagonismo y no estar siempre detrás de un jugador pasara lo que pasara. Siempre estaba detrás y no me parecía justo. Lo hablé, no llegamos a una solución y decidí marcharme.
¿Entiende que causara malestar en ciertas personas?
Sí, pero también estaba molesto yo porque no era la situación que quería para mí. Estando descontentos todos, era lo mejor.
¿Cómo ve el partido de este fin de semana contra el Herbalife?
Complicado, ellos son los favoritos. Están haciendo una gran temporada. Será complicado pero iremos a ganar porque tenemos que sacar victorias lo antes posible sea contra quien sea. Estamos preparándolo lo mejor que podemos dentro de esta semana tan rara con la destitución del entrenador. No se sabe si seguirá el ayudante o traerán a otro. Eso genera cierta inestabilidad, pero lo llevamos lo mejor posible.
¿Ya le han llegado los mensajes de Báez, Newley o Savané?
La verdad es que aún no. Mantenemos el contacto y somos buenos amigos. Seguro que nos echamos unas risas antes del partido.
¿Mantienen el contacto?
Hombre, nos llevamos muy bien. No soy una persona de escribir todos los días , pero sí que cuando nos vemos todo sigue igual.
¿Y con el trío del 87? Ese que formaba junto a Javier Beirán y Tomás Bellas.
Esos sí que hablamos todas las semanas. Ellos ya no están allí, así que en ese aspecto estoy tranquilo.
Los tres salieron por la puerta de atrás. ¿Por qué pasó eso?
Son casos distintos. El caso que más me chocó fue el de Tomás. Creo que se le trató un poco mal en su salida, sin criticar a nadie. Me pareció un poco raro. Con Javi optaron por otras cosas y en mi caso salí de una manera rara y me quedé con la sensación de no haber acabado algo muy bonito.
¿Guarda resentimiento a la dirección deportiva y en especial a Berdi Pérez?
No. Es verdad que el año pasado, al estar recuperándome en Gran Canaria y que ellos buscaran a un jugador de mis características y optasen por un jugador extranjero, que tampoco hizo nada del otro mundo, me quedé con la sensación de que ese jugador podía haber sido yo. Cuando fiché en Tenerife lo hice por una miseria. En ese momento, cuando necesitaban un pívot, hubiera jugado hasta gratis. Me dolió no tener la oportunidad de poder haber terminado la temporada con el equipo.
Si tuviera que quedarse con un momento de sus años en Gran Canaria, ¿con cuál se quedaría?
Supongo que con el pase a semifinales en la Copa del Rey y en los Playoff. Pero por encima de eso me quedo con jugar en el Centro Insular. Nunca he vuelto a tener una sensación como jugar allí. Es complicadísimo volver a vivir algo así, esa conexión con el público, era espectacular.
