El madridismo recibió un duro golpe el domingo. El empate ante el Betis ha sumido de nuevo en el desencanto a una afición que había recuperado ilusiones con el relevo del banquillo y lo que parecía mayor frescura del equipo con la llegada de Zidane. Los primeros emocionados fueron los jugadores, que cada vez que salían a la palestra en forma de declaraciones no perdían la oportunidad de poner de manifiesto lo hartos que estaban de Rafa Benítez, aunque fuese educadamente, y lo bien que les iba con el francés.

Las goleadas al Deportivo y al Sporting abonaron el sentimiento de que las cosas estaban cambiando y de que el Real Madrid se iba a convertir por fin en un equipo tan sólido como alegre, vibrante en definitiva. Pero por las mismas la igualada en el Benito Villamarín ha sembrado de nuevo las dudas sobre la fiabilidad del proyecto en manos del francés Zinedine Zidane.

Más allá de las cuestiones generales el jugador que peor parado sale del decepcionante desenlance del domingo es Cristiano Ronaldo. En el campo sevillano se vivió la enésima confirmación esta temporada de que el delantero portugués ya no es el que era o por lo menos que le cuesta como nunca ser garantía de éxito goleador de forma constante.

Cristiano Ronaldo ha marcado muchos goles esta Liga. Lleva 16, los mismos que Neymar, sólo dos por debajo del líder de la clasificación, el barcelonista Luis Suárez, y con uno menos que su compañero Benzema, pero los ha conseguido únicamente en nueve partidos, por lo que ya son doce los partidos de Liga en los que ha dejado de marcar. Por si fuese poco esos goles no son en su mayoría de los denominados decisivos, de los que dan puntos. El propio futbolista no para de hacer gestos en cada partido que indican su frustración; además, por segundo partido seguido volvió a dar una patada a un rival sin que el balón estuviese en juego. Hace un par de días le tocó a Molinero. En la anterior jornada la víctima había sido el sportinguista Nacho Cases.

La consecuencia de todo ello es que un equipo con tantos desequilibrios como el Madrid echa muchísimo de menos la consistente aportación goleadora de Cristiano Ronaldo, que a su vez abona jornada a jornada el aserto de sus críticos de que ya ha vivido sus mejores momentos. El portugués puede estar viviviendo su última temporada en el Madrid y, desde luego, de forma nada gloriosa.