Muy pronto, antes de las siete de la mañana, por el paseo de Las Canteras caminaba Jonathan preparado para vivir su bautismo en una prueba atlética "de las de verdad, con dorsal personalizado y todo". A sus cuarenta y pico de años, se ha subido a la sana costumbre de calzarse las zapatillas y correr por la ciudad cuando tiene un rato libre.

Nunca había disfrutado de una estampa tan bucólica, con la luna llena aún iluminando la arena de playa y la marea como un plato. Por el camino, se tropezaba con gente que apuraba los últimos momentos de una noche larga de diversión por la zona del auditorio Alfredo Kraus, "como yo hacía hace unos años".

A esas horas, los operarios de la organización se afanaban en dar los últimos retoques a los preparativos, que si poniendo una valla, que si colocando un cartel... Hasta llegar a las inmediaciones del Centro Comercial Las Arenas. Allí no despedimos, con un "suerte y a disfrutarlo".

La luminosidad de la luna llena iba poco a poco dando paso a los tenues rayos de sol, preludio de una mañana radiante en el entorno de la 'joya de la corona' de Las Palmas de Gran Canaria.

Empezaban los saludos a los compañeros de carrera, a entremezclarse camisetas con los colores distintivos de las distintas pruebas del día (alguno incluso con una indumentaria que anunciaba ya la proximidad de las fiestas carnavaleras), los primeros estiramientos, los primeros trotes.

A partir de ahí, todos a afrontar el reto con el que cada cual se toma una acontecimiento de este tipo; unos simplemente, a disfrutarlo más allá de marcas; otros, superar ese mejor crono personal.

Poco a poco, con la salida de los corredores, la ciudad empezó a llenarse de colorido desde la zona de Auditorio hasta Triana y hasta el Puerto. La animación invitaba a pasarlo bien, y a ello ayudaba el trabajo de la organización para que cada punto kilométrico estuviese salpicado con actividades de ocio y recreo, con la colaboración inestimable de los 21 municipios, representados a lo largo del recorrido, de asociaciones, colectivos, empresas...

Música, exhibiciones o batucadas ayudaban a disfrutar de una mañana de domingo entretenida en torno al evento, con familias enteras a pie de circuito paseando y divirtiéndose con lo que se encontraba durante su paseo.

En definitiva, se cumplió el objetivo. El Hospitales San Roque Gran Canaria Maratón supuso mucho más que una mera prueba atlética multitudinaria; fue una fiesta de la que participaron activamente todos los ciudadanos de la Isla. Nadie que estuviera este domingo por Las Palmas de Gran Canaria se quedó ajeno al espectáculo.