Frente a 11 grados bajo cero en la localidad de Saratov a las siete de la tarde, el Granca tiró ayer de confianza en sí mismo en el tramo final del choque para combatir esas gélidas temperaturas y voltear un electrónico adverso. Lo logró gracias a una actuación coral, pero sobre todo a uno de sus efectivos. Sasu Salin, bautizado Suso con cariño por la marea amarilla, rompió ese hielo ruso que había engarrotado la muñeca a la mayoría del plantel claretiano en la segunda mitad, tras haber dejado escapar una renta máxima de 18 puntos trabajada en la primera.
El escolta finlandés del Herbalife Gran Canaria encontró la inspiración en el Kristall Ice Sports Palace cuando más lo necesitaba su equipo. Acabó como máximo realizador del encuentro -junto al ala-pívot del Avtodor Saratov Travis Peterson- con 19 puntos, dos rebotes y dos asistencias.
Los regalos ofensivos y defensivos del combinado isleño habían llevado a los pupilos de Alexey Vasilyev a llevar la delantera en el marcador en gran parte del tercer y cuarto periodo. Y al Granca le entró el miedo escénico, el pánico, el sudor frío de ver que un triunfo que tenía atrapado se podía esfumar.
La responsabilidad pesaba demasiado y los pupilos de Aíto se precipitaban desde el exterior. Mientras, el conjunto ruso comandaba un arreón desde el perímetro en las manos de cuatro artilleros: Peterson, Stoll, Chappell y Williams, contra los que el Granca no encontraba escudo.
Sin embargo, el bloque amarillo siguió combatiendo con temple y fe en sí mismo. Un triple de Newley acercaba al Granca de nuevo (82-80) y cumplía un parcial de 0-5. Y en ese momento apareció Salin. No le tembló el pulso desde la línea de personal y equilibró el tanteador a falta de poco más de dos minutos para la bocina final.
La concentración del internacional finlandés fue decisiva en todas las zonas del parqué, en especial en la línea de 6,75 metros. Se quedó libre de marca a la salida de un bloqueo y no titubeó. Era entonces o nunca. Y soltó la muñeca con tino.
Salin sumó nueve puntos de oro en los últimos compases del choque, que valieron al conjunto claretiano su tercer triunfo en la segunda fase del campeonato y el pase a la siguiente ronda, tras la derrota del Hapoel ante el Strasbourg.
