Desde que Diego Simeone consiguió que la liga española no se limite a un duelo Barça-Madrid, los partidos entre el Atlético y el equipo azulgrana tienen tanta trascendencia como un clásico. Así fue en la última jornada de la Liga 2013-14, en la que el Atlético cantó en el alirón con un empate en el Camp Nou. O en la penúltima de la pasada, cuando un gol de Messi aseguraba el primer título de la 'era Luis Enrique'. La llegada del entrenador asturiano ha cambiado la tendencia que permitió al Atlético de Simeone no perder ninguno de los seis partidos frente al Barça del Tata Martino. Con Luis Enrique, cinco de cinco para el Barcelona. Hoy vuelven a encontrarse, pero esta vez con mucho campeonato por delante.

Esa sensación de superioridad azulgrana contrasta con una clasificación que presenta un empate a puntos, a la espera de que el Barcelona juegue el partido aplazado con el Sporting. Esa igualdad contrasta con otros datos, como el balance de goles: más 36 el Barça (52 a favor y 16 en contra) por más 22 el Atlético (30 y 8). Eso se traduce en que, siendo dos equipos muy fiables, el azulgrana suele resolver sus partidos con más holgura que el rojiblanco. El Barça, además, llega en plena racha, ya que acumula 26 partidos sin perder en todas las competiciones, a solo dos del récord que estableció el equipo dirigido por Pep Guardiola.

El Atlético es una referencia también para el barcelonismo porque su visita al Camp Nou hace poco más de un año sirvió como acta fundacional del tridente (Messi, Suárez, Neymar) que ha marcado los éxitos del Barça. La foto de aquel 11 de enero de 2015, con los tres delanteros abrazados tras repartirse los goles del triunfo (3-1) representa el factor diferencial del Barça ante todos los equipos europeos.

Su influencia es tan grande que a nadie extrañó la respuesta de Luis Enrique ayer, cuando se le planteó la suplencia de Neymar por las molestias que sufre el brasileño por un pisotón en el pie derecho en el partido de Copa del miércoles: "Lo imprudente sería no ponerlo porque igual me coge y me asesina". Más en serio, el técnico aseguró que "a no ser que le pase algo mañana (por hoy), por el golpe no va a ser. Neymar jugará". Asegurada la titularidad del tridente y la recuperación de Jordi Alba, las dudas de Luis Enrique se centran en el lateral derecho, con Aleix Vidal como alternativa a Alves, y en el centro del campo, con Arda Turan y Sergi Roberto como opciones al trío de las grandes ocasiones: Rakitic-Busquets-Iniesta.

Exuberancia contra solidez

Frente a la exuberancia ofensiva del Barcelona, el Atlético se presentará con el aval de su solidez como grupo, reflejado en esos ocho goles recibidos en 21 jornadas. La seguridad defensiva quedó en entredicho en el partido copero del miércoles, con los tres goles del Celta en el Vicente Calderón. Pero esta noche volverá a defender la portería atlética Oblak, que ha demostrado su calidad en las escasas ocasiones en que los rivales superan el muro defensivo rojiblanco. Las carencias del Atlético están en la otra punta del campo por el flojo rendimiento de dos de sus fichajes para la delantera, el argentino Vietto y, especialmente, el colombiano Jackson Martínez.

Con Fernando Torres de baja por lesión, lo más probable es que Simeone confíe el ataque a su jugador más en forma, Griezmann, para reforzar el centro del campo con hasta cinco jugadores: Augusto por delante de la defensa y respaldando a una línea de cuatro con Saúl, Gabi, Koke y Carrasco. "Tenemos que llevar el juego a donde nos convenga para sentirnos importantes", aseguró Simeone, que no regateó elogios al Barcelona ni al tridente.

"Messi, Suárez y Neymar tienen un nivel altísimo. La llegada de Suárez ha potenciado todo el sistema y lo maravilloso de los tres es que no muestran envidias. Son gente sana, feliz. Para los que nos gusta el fútbol eso es maravilloso. El Barça es el mejor equipo del mundo y estos tres chicos tienen una complicidad llamativa y difícil de ver porque siempre hay envidias, celos egoísmos".

Luis Enrique, que reconoció a Simeone como "uno de los mejores entrenadores del mundo", quiso restar dramatismo al resultado de esta noche: "El partido no es ni mucho menos definitivo. Queda mucha tela que cortar", apuntó antes de señalar como receta que "debemos de ser un equipo fiable, que genere ocasiones de gol y que no conceda transiciones".