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Baloncesto Liga Endesa (18a jornada)

El Granca saca el pico y la pala

El Iberostar Tenerife, a base de intensidad, exige un esfuerzo extra al Herbalife en el derbi

Alen Omic intenta atacar el aro del Iberostar Tenerife ante Sekulic. QUIQUE CURBELO

A este Herbalife Gran Canaria que se le presupone el talento como bandera, ayer por la mañana, ante el Iberostar Tenerife, le tocó tirar del esfuerzo para descodificar el derbi canario. Ganó bien el equipo de Aíto García Reneses, por diez puntos de diferencia (90-80), en un duelo tan bravo como ameno, pero antes de hollar en la cima de la montaña sobrado de oxígeno en los pulmones, el Granca tuvo que tirar de pico y pala para acabar con la resistencia de un rival que, a base de intensidad, aguantó en pie 39 minutos. La imagen del triunfo claretiano la simbolizan, además, dos jugadores que representan a la perfección al héroe de la clase trabajadora de la ACB: Eulis Báez y Albert Oliver -el ala-pívot al colocar un tapón clave a Sekulic a 2.37 minutos para el final del partido y el base al tirar de oficio para iluminar el camino en el último cuarto a base de puntos, asistencias e inteligencia-.

El derbi, de entrada, transcurrió al ritmo que impuso el Iberostar Tenerife. El equipo de Txus Vidorreta saltó al parqué para admitir que, con menos talento en sus filas, la única manera de hacer cosquillas al Herbalife pasaba por jugar a todo trapo en las dos costas. No fue un mal negocio para el conjunto lagunero, que así se mantuvo firme hasta el último minuto. Atrás, para defender su aro, a Javier Beirán le tocó plantarse delante de Albert Oliver para comandar un ejército de manos que habitaba tras su espalda empeñado en cortar las líneas de pase y convertir la zona en una especie de tela de araña. Y alrededor de la otra canasta, en ataque, entre Rodrigo San Miguel y Nico Richotti dibujaron y cruzaron caminos para penetrar, embestir y golpear como un martillo pilón la resistencia del equipo claretiano.

Con ese plan bien definido en el bloc de notas de Vidorreta, el Canarias levantó la primera ventaja (2-6) y trazó los primeros compases de un derbi intenso y entretenido. Al Granca, con apenas dos sesiones de trabajo encima durante la semana para preparar el encuentro -el duelo del miércoles en la Eurocup ante el Avtodor Saratov en Rusia condicionó todo lo demás-, se le notó incómodo. Equipo proyectado a través de la calidad individual -determinante que a veces provoca cierta displicencia general en el grupo-, los rivales pegajosos se le atragantan a la altura de la nuez. Con todo, el grupo entrenado por García Reneses aceptó el reto y a rachas, sin mucha continuidad en el juego y partir de su talento natural, dio respuesta a cada uno de los golpes encajados para mantenerse en la rueda frente a todos los problemas que le planteó el rival sobre el parqué.

A tirones

Con los dos equipos enmarañados en el pulso a partir de sus propios recursos -la acumulación del talento del Herbalife; la brega del Iberostar Tenerife-, el marcador se disparó al alza al término del primer cuarto. Con la segunda unidad en pista, el conjunto claretiano amagó con romper el derbi a base de triples. El arranque quedó en nada, en una racha, en fuegos de artificio. Oriol Paulí -que volvió a ejercer de uno con Kevin Pangos aún de baja pero ya vestido de corto en el banquillo-, Pablo Aguilar y DJ Seeley encontraron el aro desde más allá de la línea de 6,75 metros y con un parcial 11-4 el primer parcial se cerró con amenaza de fiesta amarilla (30-23, min. 10).

La sucesión de golpes no noqueó al Iberostar Tenerife. Equipo orgulloso y de autor -se nota la mano de Vidorreta, que ha levantado a un conjunto que en noviembre parecía moribundo y ahora mantiene la cara ante todos los adversarios y en cualquier plaza-, el cuadro lagunero es un mal cliente como visitante. Lejos de La Hamburguesa, su cancha, ya ha celebrado cuatro triunfos. Consciente de sus puntos fuertes y sus limitaciones, el grupo aurinegro no bajó la guardia y encontró en el frágil empeño del Granca para defender una vía por la que pelear la victoria. San Miguel disfrutó de situaciones de ventaja ante Oliver, Salva Arco se hizo grande en el perímetro ante la desorientación de Sasu Salin, Sekulic sacó petróleo ante un Omic mermado por la lumbalgia y diferentes desajustes -sobre todo para contener el juego de dos contra dos- provocaron que el Canarias retomara el mando en el marcador (36-38, min. 14).

Vuelta a empezar, incapaz de quitarse de encima el aliento del Iberostar Tenerife, el Granca encontró en situaciones puntuales la manera de salir del jardín en el que se había perdido. Algunas veces el acierto de DJ Seeley -excelso- en el tiro, otras veces el trabajo de intendencia de Rabaseda en defensa -oscuro pero valioso durante el segundo cuarto- y a ratos el oficio de tipos como Oliver, Sitapha Savané o Báez desatascaron al Herbalife camino del descanso (51-45, min. 20) ante un adversario que volvió a levantarse de la lona tras encajar un parcial 7-0 (43-38, min. 16).

Dos triples y una canasta de Salva Arco y otro lanzamiento de tres de Sekulic proyectaron al Canarias, al inicio del tercer cuarto (53-58, min. 22), por encima del Granca, que resolvió el conato de revolución aurinegra a base de tirones -una racha de Oliver, la sapiencia de Savané, el acierto de Seeley-, sin continuidad en el juego, hasta plantarse en el último parcial con una ligera ventaja (72-67, min. 30).

La diferencia real entre uno y otro equipo sólo se certificó cuando el balón empezó a quemar: al Herbalife le dio por bajar el culo en defensa y al Canarias, que perdió siete balones y falló sus últimos tiros, se le hizo de noche antes de entregar la cuchara y perder otro derbi en Gran Canaria (90-80).

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