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Herbalife Gran Canaria Actualidad

Inteligencia contra el físico

Exentrenadores y excompañeros de Albert Oliver valoran el gran momento de forma que vive el '1' de Tarrasa

Albert Oliver celebra el triunfo contra el Iberostar con el Arena. QUIQUE CURBELO

En los albores de la despedida del mundo del baloncesto de Joan Creus, más conocido como Chichi Creus, Albert Oliver hizo su primera aparición en la ACB. Con apenas 19 años, otro producto más de la cantera del Joventut daba sus primero botes en la máxima categoría del baloncesto nacional. Era la temporada 1997-1998, un curso que siempre será recordado por una de las últimas grandes gestas del básquet en España: el campeonato de Liga que levantó el TDK Manresa. El timón de aquel equipo era Creus con sus 41 años de edad.

"Cuando lo veo me recuerda a Chichi Creus por una razón sobre todo y es que cada año que pasa parece estar mejor. Hasta que su cuerpo aguante, creo que es algo que seguirá ocurriendo. Su juego se basa en la inteligencia y el talento natural que tiene". Al habla está Ferrán Laviña, excompañero en Manresa de Albert Oliver. Juntos formaron la pareja de moda del Ricoh en el regreso del equipo catalán a la máxima categoría en los primeros años de este siglo. Hoy con 37 años, el base de Tarrasa vive un momento de plenitud en su tercera temporada en el Herbalife Gran Canaria, su decimosexta temporada en la ACB -catorce completas-. "Es difícil mantenerse así a ese gran nivel. Para mí hay algo clave y es la ilusión. El baloncesto no es solo su trabajo sino también su pasión", apunta Laviña, retirado en 2014 tras más de 400 partidos disputados en la ACB.

Pero no solo de su "talento" e "inteligencia" vive Oliver según Laviña, amigo personal del base claretiano. Detrás de su juego y de sus piernas hay un trabajo que no se ve. "Es un grandísimo profesional. Para poder mantenerse así tiene que machacarse y ser estricto en muchos aspectos de su vida. Por ejemplo, en la alimentación, en ir a un dietista y que te prepare. Ha trabajado la resistencia durante los últimos años", sentencia. Un afán por cuidar su cuerpo que mantiene desde sus primeros días como profesional en Joventut y que se ha extendido a lo largo de los años. Siempre sin excesos y con un control rígido de su dieta, es uno de los puntos fuertes de su carrera para que hoy pueda seguir mostrando un alto nivel en la Liga Endesa.

El físico nunca fue un problema para Oliver. "Nunca tuvo grandes facultades físicas. No destacaba por ser rápido o ser muy fuerte, pero tenía algo que otros no tenía y era que optimizaba sus posibilidades al máximo", explica Jaume Ponsarnau, extécnico del Gipuzkoa Basket esta temporada y asistente en las primeras campañas de Albert Oliver en Manresa. Un déficit que nunca supuso un problema demasiado grande para el base catalán. "Su inteligencia le basta. Además tiene una técnica individual de la que es consciente y que le hace tener movimientos sorpresivos que lo hacen muy difícil de defender", añade.

De nuevo su nombre sale asociado al trabajo invisible del deportista, a ese intangible que sí se nota sobre la pista. "Es extremadamente profesional, mi recuerdo de él es ese y sé que se ha mantenido igual", apunta. Las dudas que tenían en sus primeros pasos en la ACB se disiparon a base del trabajo y dedicación de Oliver. "Su defensa y su tiro exterior quizá eran sus puntos débiles, pero al final mira en lo que se ha convertido, en un jugador que a lo largo de su carrera ha ganado muchos partidos gracias a acertar en el último lanzamiento", apunta Ponsarnau desde Inglaterra. Su nivel, no es una sorpresa para Ponsarnau. "La edad no importa para los jugadores que son profesionales y además muy listos", resume.

En esa línea se mueve el primer entrenador de aquel Manresa donde Oliver comenzó a labrarse un nombre en la ACB. Ricard Casas entrena desde este verano en el Primeiro de Agosto de Angola, uno de los clubes más reputados de África. "Es la demostración de que un base, mientras se cuide físicamente, alcanza un punto de madurez en esta etapa muy solvente. En otras posiciones no se da tanto pero aquí sí", admite. Pero para ello hay un elemento básico para Casas y es la "ilusión" que Oliver siempre ha mostrado a lo largo de su carrera. "Ha aprendido a reflexionar sobre el juego, tiene una capacidad de análisis muy grande. Creo en su capacidad para ser autodidacta. Hoy es el resumen de todo eso", concreta el entrenador que le dio la batuta de su equipo en la LEB Oro para llegar hasta la ACB. Un jugador que más de quince años después tiene aún mucho que decir marcando el ritmo del Herbalife.

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