El proyecto Casa España, que la FEB puso en marcha con fondos del Consejo Superior de Deportes y del Cabildo de Gran Canaria se encuentra bajo sospecha, ¿en qué consistía?
Todo esto es con motivo de la celebración de la Copa del Mundo 2014. Para ello se creó una fundación FEB 2014. Su ámbito de actuación se amplió internacionalmente. Yo trabajaba en el Cabildo y cuadraba con el perfil que buscaban para trabajar en África por mi experiencia allí, conocimientos de idiomas y les interesaba. Me hacen la propuesta y aunque no era económicamente potente sí era ilusionante por los retos que se planteaban y porque ya tenía experiencia previa en la cooperación. Me leí el proyecto que me habían mandado y sí, era bonito: construir un colegio para niños en situación de desventaja en Dakar, capital de Senegal.
¿Qué se encontró cuando llegó hasta allí?
Ahí empiezan las sorpresas porque me encontré con un solar. No había nada. Era un solar en el barrio de Hann Bel-Air. Pregunté y me dijeron que era lo que había. Sólo tenían el dinero, proveniente del CSD, unos 600.000 euros y 160.000 de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Todavía no habían llegado los 100.000 euros del Cabildo de Gran Canaria. Todo era de alguna forma una contraprestación porque Gran Canaria fuera subsede del Mundial. Funcionaban así, si no te mojabas con ello, nunca obtendrías nada a cambio.
¿Qué hace entonces?
Tienes que empezar a contactar con constructoras porque eso había que sacarlo a concurso público. Empiezo a contactar con ellas, con técnicos del ayuntamiento y del ministerio de Educación senegalés, porque ellos también tenían que participar en el desarrollo del proyecto. Tenían que estar de acuerdo con las dimensiones de las aulas, proyecto curricular, etc.
¿Y se sacó?
Se pone todo en marcha y empieza a llamarme el director general de la Fundacion FEB, para darme apoyo logístico, etc. Cuando ya tenía casi todo desarrollado, me dicen que a partir de una fecha iban hasta Dakar para visitar a las empresas constructoras, porque al ser dinero público tiene que salir a concurso sí o sí. El pliego ya se había hecho a mis espaldas sin que me enterase. Mi sorpresa fue que una de las empresas, ni la más cara ni la más barata, ya tenía adjudicado el proyecto a dedo. Lo puedo decir porque estuve allí y lo viví. ¿Para qué hicimos aquel paripé? Hay que justificarlo me decían.
Por lo que cree, ¿cómo consiguió que se les adjudicara el proyecto de construcción?
Según me contó el director de obra de aquel momento es que la empresa constructora le había dado dinero al Alcalde del distrito, porque era el que decidía. Todos estos estos contactos empiezan a través de unas reuniones con motivo del Mundial 2014 que se hacen en Sevilla entre el alcalde actual de Dakar, que no estaba al corriente de nada, y el alcalde del distrito. Ahí es cuando se empiezan las negociaciones. ¿Quién se hace cargo del tema político del proyecto? El alcalde del distrito. Él ya lo tenía todo adjudicado con el consentimiento de todos en la FEB antes de que yo llegara. Estaba adjudicado, es así, yo sólo podía ponerlo en marcha.
Y empieza a levantarse el colegio, imagino. ¿Dónde se hace?
El colegio se sitúa en Hann-Bel Air, pero dentro habían otros subdistritos. En el que se levantó el colegio se llama Hann Maristes. Yo ahí veía casas cojonudas y gente bien vestida, por lo que entendía que aquella era una zona de clase media alta en Senegal. Todos los barrios periféricos de esa zona eran bien distintos. En sitios como Hann-Pêcheur o Hann Marinas, sitios donde ves chabolas o niños descalzos, donde se notan las necesidades de verdad, era donde se tenía que levantar el colegio. La respuesta era que la FEB y el alcalde habían decidido que ése era el mejor sitio. El más adecuado era éste para que quedara bonito, pero no efectivo. Ahí se me empezaron a abrir los ojos.
Algo más habría, ¿no?
Claro. ¿Allí iban a ir los niños desde barrios limítrofes? Si cuando llueve se anega todo. Lo hicieron allí porque era propaganda también para el Alcalde del distrito. Era un proyecto que le daría votos. Casa España, fue un proyecto más mediático y de propaganda que solidario. Se hicieron como dos o tres fiestas sin acabar el colegio. Aunque el proyecto en sí era interesante, se gestionó fatal. No se hizo de forma transparente. Y ahora elperiódico El Mundo lo está sacando. No veía cosas transparentes y ahora no te sorprende que se puedan destapar causas como malversación, nóminas que colaban de manera irregular, injustificaciones... Una gran parte del dinero presupuestado para el proyecto de Senegal no se utilizó. No sé cómo lo justificaban.
Entonces, ¿cree que no se gastó todo el dinero público que se presupuestó para Casa España?
Ni de casualidad. El edificio costó unos 200.000 euros a lo sumo, la obra civil. Ponle 30.000 o 40.000 euros para el mobiliario que salía de los 100.000 euros que destinó el Cabildo. Más el material deportivo. Los salarios pues eran de 200 al mes para la secretaria, 150 los porteros. No eran grandes cantidades. Quizá llegasen a los 400.000 euros en total. Pero todos los que estaban en Madrid no cobraban de la FEB sino de este proyecto y de otros que ya habían puesto en marcha. Por eso se habla de nóminas que nada tienen que ver con las personas que estaban allí trabajando.
¿Cree que el Cabildo ha estado al corriente del gasto del dinero que cedió a este proyecto?
Yo avisé a la gente del Cabildo de la nueva corporación. Antes de que se celebrara el Campeonato del Mundo, el Cabildo le iba a dar una ayuda anual de 3.000 euros para poner un profesor de español para los niños en Casa España. Allí nunca apareció ningún profesor, no sé cómo se justificaron desde la FEB. Yo lo avisé. Les dije que pidieran a intervención cómo se justificó ese dinero. Ellos me dijeron que lo habían cortado todo y que desconocían qué había pasado de aquí para atrás. Estaban saliendo una serie de escándalos y me vi en la obligación de avisar.
Entre los gastos que ha sacado El Mundo
No, nosotros ya teníamos nuestro material deportivo. La parte deportiva estaba cubierta. Si había más material que salía para otros lados, yo no lo tenía controlado. Lo que sí me consta es que salió material para la Federación de Senegal de baloncesto cuando esto era un proyecto que estaba en manos del ministerio de Educación, es decir, de un órgano diferente. A mí me llegó un container con unos cuantos tableros de minibasket y unos aros. Dentro venía más material, pero ése no acabó en el proyecto. Entonces me dijeron que teníamos que reunir al presidente de la Federación de Senegal con Pepe Sáez, que iba a venir hasta Dakar para entregarles todo ese material. Y otra fiesta más.
Según esta información, hay otros 43.000 euros que supuestamente también salieron del proyecto Casa España y que se invirtieron en material electrónico y pavimento que acabó en Madagascar para la celebración del Afrobasket. ¿Le cuadra?
Eso en Dakar no apareció nunca. Nunca aparecieron marcadores electrónicos o pavimentos que estaban presupuestados. Y eso sí que me consta también. Había un presupuesto para poner un piso en el patio del colegio. Al final se puso de cemento y nunca se techó tampoco.
¿Se encontró con carencias para llevar a cabo el proyecto?
No, eso sí que no. Había que hacerlo con ciertas garantías. El dinero siempre les llegaba en transferencias directas a la constructora. Con ellos sí tuve algún problema. Ellos cobraron hasta el último céntimo. Les dije que dejaran un remanente para que en caso de que hubiera deficiencias técnicas fueran y las repasaran.
¿Las encontró?
Desde las primeras lluvias aquello empezó a resquebrajarse. Los materiales que nos pusieron eran de mala calidad. Todo se hacía deprisa y corriendo para que salieran las fotos. Puedo acreditarlo con fotos e informes que pasé directamente a la FEB en Madrid. Todas las clases se inundaron. El constructor hizo muchas chapuzas. El presupuesto era barato e intentan pegártela. Les dije que por qué no contratábamos a una arquitecta española que vivía allí para que actuara como perito. El colegio se termina y yo presento un informe donde se determina que las puertas o ventanas ya están llenas de óxido. No podía controlarlo. En la FEB insistían en que lo importante era terminar el colegio y no tanto las condiciones.
¿Y qué más?
Grifos rotos, con materiales chinos de quinta o sexta calidad, los pomos de las puertas se caían al par de meses, cables pelados... Eso se lo notificaba yo a Madrid, pero les daba igual, les daba lo mismo. Sólo les importaban las fotos. Ellos miraban para otro lado. Otras personas vinculadas al proyecto como el exjugador Jorge Garbajosa no se paraba en mirar si había o no grietas. Ellos iban del hotel al montaje de las fotos en el patio del colegio. Aquello no les interesaba para nada. Si no haces un equipo consistente aquello se hace un bizcocho. Habían hecho auténticas chapuzas. Y todos esos informes los tiene Madrid. Bastante hicimos con ponerles un techo, me contestaban. Tanta prisa tenían que se acabó en cinco meses.
¿Ahora cómo está?
Hace tiempo que no voy, pero estoy seguro que a la FEB no le importa mucho. Para que ese proyecto perdure necesitas un fondo de mantenimiento. La mala edificación es porque hay corrupción interna en el país. El presupuesto es de 200.000, pero de ahí a saber lo que gastaron en levantar el colegio. Al lado había un colegio de una fundación japonesa que no tenía ni una grieta, pero claro, éste había que acabarlo deprisa y corriendo. Había dinero de sobra para hacer las cosas bien, pero no sabía todo esto que ha aparecido en la prensa estos días.
¿Estaba el colegio listo para ser abierto?
Estaba en muy malas condiciones. Tuvieron que echar el cemento en la pista tres veces. No era liso, estaba cuartaedo, lo construían todo del tirón. A los 15 o 20 días se agrietó todo y empezó a saltar el picón. No le habían echado el hormigón correspondiente. El constructor especuló con la obra y desde Madrid no me dejaban hacer nada.
Finalmete se inauguró a finales de 2012. ¿Cómo fue?
Una farsa. No había niños. Los chicos que aparecen en las fotos salieron de un colegio cercano, no eran alumnos reales. El entrenador del supuesto equipo del colegio era el portero del edificio. Todo era un teatro para que Pepe Sáez se sacara las fotos con los niños vestidos con la ropa de la selección española al cobijo de los éxitos del equipo. Pura propaganda. Como soy el blanco me tienes que aplaudir hasta con las orejas. Funcionó como algo neocolonial. Quería utilizar el proyecto para su propia imagen y punto.
Pepo Sáez, hijo del presidente, trabajó con usted en ese proyecto. ¿Cuáles eran sus funciones?
Supuestamente tenía que ser el enlace en el apartado deportivo del proyecto. Cuando fui a Madrid para cerrar mi contrato, me dijeron que me iba a acompañar un tal Pepo, al que no conocía en absoluto. Me dijeron que era el hijo de José Luis Saéz, presidente de la FEB, que le tenía que echar una mano porque era un chico "revoltoso". El hijo de Sáez no aparecía nunca por allí. Se montaba en el coche y se iba de paseito. No me acompañó ni una sola vez a la obra.
¿Qué hacía entonces?
Se pasaba el día en un gimnasio que estaba enfrente del Hotel Le Lagon, uno de los más lujosos de Dakar. Nadie sabía lo que hacía. Llamaban para que fuera a reuniones y pasaba. Él era el hijo del presidente y ejercía como eso. ¿Para qué quería pasar calor y que le picaran los mosquitos? Se pasaba todo el día en los ciber cafés, comiendo, pero trabajar como cooperante, nada de nada. Dispuso que contrataran a su hijo en un proyecto de cooperación sin tener ni idea.
¿Espera que la auditoría que ha encargado el CSD limpie todo esto?
No lo sé. Es un misterio. Lo que espero es que el próximo gobierno que entre investigue. Y una cosa más, que la AECID los supervise. Ellos estaban en Dakar y no aparecieron nunca, tenían que supervisar el dinero. Sólo aparecía cuando la gente se desplazaba desde Madrid.
¿Qué busca con esta denuncia pública?
Que se acalare todo y que si alguien robó, que pague. No tengo ánimo de venganza, pero no me puedo callar cuando se utiliza la cooperación con un fin mediático o para otros fines de dudosa legalidad. La gente que lo está pasando mal es la que se perjudica.
