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Un estudiante de la última noche

El talento de DJ Seeley y la seguridad de Oliver y Savané resolvieron el partido en la recta final

Buen regreso. LOF

Suele haber dos clases de estudiantes. Los primeros van con los deberes al día. Si el examen está fijado para una fecha, lo preparan todo con anterioridad. Apuntes, repasos y estudio diario, es la base de su éxito. En el otro lado está el que se topa con la modorra constantemente, un tipo de alumno al que le cuesta más despegar, hincar los codos y sacar sus pruebas adelante.

Ayer, el Herbalife Gran Canaria se convirtió en este último. Al conjunto de Aíto García Reneses le costó aplicarse en el Nou Congost. Hasta el último cuarto -como si se tratara de la noche previa al examen-, el conjunto amarillo no se aplicó en el tema para sobrepasar la prueba. En ese periodo y en concreto en sus minutos finales, el Granca se elevó para superar al Manresa y conseguir la victoria.

Sacar así los partidos es un arma de doble filo. O bien puedes ganar y pasar el examen sin problemas o, por otra parte, acabar con un lastimoso suspenso. Un arte que la entidad claretiana manejó ayer a la perfección. Para utilizar esta forma de encontrar soluciones a los problemas planteados se necesitan un par de cuestiones. La primera: calidad; la segunda: experiencia. Y el Herbalife anda bien armado en esos dos aspectos fundamentales.

Un talento para ganar partidos que lo puso ayer Dennis Jerome DJ Seeley. El escolta californiano se marcó un último cuarto espectacular. Con 14 puntos en los últimos diez minutos -8 consecutivos-, el exterior norteamericano cerró el partido para el Granca cuando todo estaba en un puño. Mientras el 63-63 campeaba en el marcador con apenas tres minutos de partido, un arreón de magia del ex del Besiktas acabó con el equipo catalán.

Una puñalada que acabó con su exequipo, donde Seeley fue elemento clave para que este año se pudieran reencontrar una vez que sus caminos se separaron en verano. El Manresa rescató al estadounidense de la D-League para que salvase a la entidad en las últimas jornadas de La Liga Endesa. Esa efectividad en el lanzamiento, movimientos rápidos de pie, bote corto y penetraciones profundas las volvió a mostrar ayer en el Nou Congost, pero en la zona local y con el objetivo de fulminar al equipo que volvió a apostar por él en Europa.

Su mano fue una de las claves en la decimosegunda victoria del Herbalife en la competición local. Algo que se complementó a la perfección con el tesón que los años dan a Albert Oliver y Sitapha Savané. El base de Tarrasa fue el encargado de dirigir al equipo en los minutos finales. El plan de readaptación de Kevin Pangos sigue su curso, pero ante el equipo donde se hizo un nombre, Oliver volvió a funcionar. Discreto en el lanzamiento, su aplomo vale oro cuando se te acumulan los temas a la víspera del examen.

Si Oliver puso el dinamismo, aunque sin tanta claridad como en otros momentos, Savané le otorgó el punto defensivo que el juego interior amarillo necesitaba con la baja de Alen Omic. Porque Dejan Musli olía la juventud de Anzejs Pasecniks para romperlo cada vez que su espalda tocaba su pecho. Ahí el pívot de Dakar fue el duro. Intimidante a sus 37 años, sus últimos minutos, con un rebote ofensivo y asistencia para que Seeley pusiera una ventaja que el Herbalife, con poco más de 180 segundos, no soltase hasta el final del partido. El objetivo estaba cumplido y la victoria del lado del Granca. Dejarlo todo para última hora sirvió esta vez para superar el examen. Test aprobado.

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