El próximo domingo, cerca de las 21.00 horas, un equipo levantará el trofeo que le acreditará como campeón de la Copa del Rey de baloncesto y, acto seguido, La Coruña cederá el testigo a otra ciudad para la organización del torneo en 2017. Y en esa carrera, entre grandes capitales, por acoger una de las competiciones más atractivas y uno de los eventos más rentables del deporte español aparece, con ventaja sobre el resto de poblaciones, Las Palmas de Gran Canaria.
El Cabildo negocia con la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) la firma de un convenio de cuatro años de duración -ahí reside la gran novedad en las conversaciones entre ambas partes- para acoger la edición número 81 de la Copa del Rey de baloncesto. El acuerdo, de concretarse, también incluiría la celebración de una Supercopa Endesa en el Gran Canaria Arena, además de otra serie de colaboraciones -cooperación a nivel técnico, patrocinios, etc.-.
La predisposición de las dos instituciones es total -a falta de sellar el trato a nivel económico- y se confía en cerrar el convenio en breve para poder avanzar en los detalles técnicos sobre la celebración en 2017 en el Gran Canaria Arena de la Copa del Rey, un torneo que el año pasado tuvo impacto económico en la Isla de casi 24 millones de euros.
De esa cifra total -23.710.165 euros-, más de 12 millones, el tope en este torneo hasta ahora, fueron ingresos directos originados por el evento, procedentes del gasto de los asistentes, organización, patrocinadores, proveedores y medios de comunicación acreditados; casi 4,5 millones de euros fueron beneficios generados en medios por la presencia de la marca Gran Canaria, y casi 3,4 fueron ingresos para la Hacienda Pública. Finalmente, el valor contingente asignado por los grancanarios roza los 3,5 millones de euros.
Negocio en el aspecto económico, otro de los alicientes por los que Gran Canaria aspira a acoger otra edición de la Copa se levanta sobre el ánimo de revancha deportivo: el Herbalife, como anfitrión, fracasó en 2015 al caer en los cuartos de final ante el FIATC Joventut. Además de la derrota, la sensación que ofreció el equipo de Aíto García Reneses estuvo lejos de su mejor nivel del juego. Sobre ese punto, Miguelo Betancor -presidente de la entidad claretiana-, aparece como una de las personas que más han agitado la idea de que Las Palmas de Gran Canaria vuelva a ser sede del torneo.
En diciembre, una delegación de la ACB -con Francisco Roca, su presidente, al frente- se desplazó hasta Gran Canaria para sentar las bases de la negociación, abrir un camino de colaboración con el Cabildo -ese día, por ejemplo, se mantuvo una reunión a tres bandas con representantes de Microsoft- y despejar el camino para la celebración de otra Copa del Rey en el Arena de Siete Palmas.
El ejecutivo de la patronal del baloncesto español, en ese momento, ya explicó que su visita se debía para "hablar de una relación de mucho más amplio contenido que la posibilidad de tener una Copa del Rey de nuevo. Esa posibilidad existe, pero no ha sido núcleo de lo que hemos hablado", y añadió que "hemos hablado de una colaboración de amplio espectro, tanto a nivel de deporte profesional, de estar cercanos al club y a lo que el club va a hacer en cuanto a promoción del baloncesto; implicación en la sociedad,... Queremos estar con ellos en todos estos proyectos".
El presidente del Cabildo, Antonio Morales, se mostró "encantado" en ese momento de haber mantenido el encuentro y comentó que "desde luego se abren posibilidades de futuro para el baloncesto y para Gran Canaria", para añadir posteriormente que "sería positivo para la Isla tener una nueva edición de la Copa del Rey", y advertir que "esta propuesta va mucho más allá".
La Copa del Rey, entre 2016 y 2017, pasará de la playa de Riazor a Las Canteras.
