El Barcelona, que volvió a sufrir, echó mano de Lionel Messi para remontar ante el Sevilla (2-1), con lo que completa una vuelta liguera invicto, iguala el récord del Real Madrid de 1989 de 33 partidos sin perder y da otro paso hacia la defensa del título.

La última vez que cayó el conjunto de Luis Enrique Martínez fue el 3 de octubre de 2015 ante el propio equipo de Unai Emery en el Ramón Sánchez Pizjuán. Desde aquel 2-1 nadie ha podido con los azulgranas, que igualan la racha del Real Madrid que dirigía el holandés Leo Beenhakker en la campaña 1988-89.

El Sevilla, en una primera media hora excepcional, plantó cara al Barcelona e incluso se adelantó en el marcador con un tanto del internacional Víctor Machín 'Vitolo' a los veinte minutos.

Pero de nuevo pulsó el 'botón Messi' para recomponer la figura y la 'Pulga' no faltó a su cita. Suyo fue el gol del empate a los 31 minutos al transformar con maestría una falta directa.

Y aunque el Sevilla parecía resistir con cierta entereza las acometidas barcelonistas no pudo evitar que al inicio del segundo tiempo Gerard Piqué firmase el 2-1.

Parecían desvanecerse las ilusiones sevillistas de dar la sorpresa y dejar de ser el único equipo de la Liga que aún no ha ganado fuera de casa. Poco después, Claudio Bravo puso su determinante aportación con una buena intervención ante el francés Kevin Gameiro, que se había quedado solo delante del meta chileno.

Messi chuta para marcar de falta el empate del Barcelona. EFE

El Sevilla puso en jaque al Barcelona y le planteó, como en la ida e incluso en la espectacular Supercopa de Europa de 2015, numerosos problemas. Le lanza otro aviso para la final de la Copa del Rey.

Pero no tuvo acierto y volvió a salir derrotado del Camp Nou. El Barcelona, de nuevo con sufrimiento, supo capear el temporal y acercarse al título.

El Atlético de Madrid, mientras tanto, ganó por tercera temporada consecutiva el derbi ante el Real Madrid (0-1) en el Santiago Bernabéu y se confirmó como la única alternativa, aunque aún lejana al Barcelona.

Fue una nueva demostración de poder y de estrategia del equipo del argentino Diego Pablo Simeone. Es un bloque que sabe a lo que juega, que aprovecha sus cualidades y que se ha acostumbrado a penalizar las deficiencias de un eterno rival al que tan solo le queda la carta de la 'Champions' para salvar el curso.

Por tercer año consecutivo el Atlético asaltó en partido liguero el Bernabéu. Dato histórico. Y lo hizo con las armas que le han llevado a recuperar el protagonismo tras tantos años de penuria: solidaridad, esfuerzo, bloque, equipo.

Además, contó con lo que le había faltado en los anteriores partidos, acierto ante el gol. En este caso por medio del francés Antoine Griezmann, que no estaba preocupado por su sequía.

El Atlético desesperó a un Real Madrid con pocos recursos para rebasar la telaraña que tejió Simeone y soltó el aguijonazo definitivo con un preciso disparo de Griezmann a centro del brasileño Filipe Luis.

Koke y Griezmann celebran el gol del francés. EFE

Zidane, que no había perdido aún desde que relevó a Rafa Benítez, echó en falta el desequilibrio del brasileño Marcelo. Tampoco pudo contar con el galés Gareth Bale. El francés Karim Benzema jugó solo la primera parte tras más de una semana lesionado. El técnico galo echó mano de los jóvenes Borja Mayoral, Lucas Vázquez y Jesé Rodríguez. Pero el Real Madrid, entre las protestas, no encontró el camino ni el acierto para superar la resistencia rojiblanca.

Por lo tanto, el Atlético queda segundo a cinco puntos del Barcelona, que recibirá el domingo al Sevilla, y el Real Madrid tercero a nueve. La Liga, por lo tanto, una quimera para el cuadro blanco, no solo por la diferencia numérica, sino por las sensaciones, juego y fiabilidad. Zidane lo reconoció sin tapujos: "La Liga está acabada".