El domingo por la mañana la mitad del mundo se despertó asombrado por un hombre: Stephen Curry. La otra mitad, pudo hacerlo en directo. Un día más, el base de los Golden State Warriors de la NBA había dejado pasmado al baloncesto global. Con 12 triples -uno ganador en la última jugada de su equipo- había igualado el récord de tiros de tres encestados histórico en la mejor liga del mundo. En el escaparate dejaba 46 puntos y un partido para enmarcar frente a Oklahoma.
La entrada de Curry en el baloncesto mundial y su consagración como mejor jugador de este deporte ha provocado un cambio en el baloncesto. Hoy, triunfa y tiene mejor aceptación el baloncesto que está entregado al talento. Ese cuyo máximo exponente es Stephen Curry en un cuerpo sin grandes virtudes físicas: 85 kilos y 190 centímetros. Es la representación de un cambio del baloncesto atlético, lleno de moles rocosas que estaba inundando en los últimos años la NBA.
Ni Albert Oliver ni Kevin Pangos son ni serán Stephen Curry, pero basan su juego en lo que el estadounidense mantiene el suyo. El talento natural de la pareja de bases del Herbalife Gran Canaria sostuvo al conjunto claretiano en el choque frente al Gipuzkoa Basket. La magia por delante del físico, algo que no es lo que más destaca de la pareja. Ni Pangos, ni Oliver -más allá de su plenitud a sus 37 años- poseen un cuerpo imponente. Escasos de centímetros y sin hipertrofia en sus bíceps, lo entregan todo a su inteligencia y don natural.
Entre los dos encarrilaron el partido para darle al Herbalife su decimocuarta victoria esta temporada en la Liga Endesa. El tándem anotó 38 puntos, gracias a los 18 del canadiense y los 20 del catalán fueron el sostén ofensivo del CB Gran Canaria.
Ayer, ambos, estaban especialmente inspirados en el San Sebastián Arena. De los 11 triples que anotó el Granca en el partido, 8 llevaron el sello de Oliver y Pangos. Los porcentajes de la pareja de bases también fueron idénticos: un 80%, con un 4/5 desde el 6,75. Triples decisivos en el devenir final del encuentro.
Por ejemplo los dos de Kevin Pangos en el último cuarto. El Herbalife sufría un atasco importante en ataque, sin ideas y sin visión para jugar los balones con cordura. Ahí salió Pangos para dar un golpe al partido. Porque el RETAbet.es se mostraba irreductible, con el ánimo suficiente para plantar cara hasta el final del partido al Herbalife. Cuando la diferencia estaba en solo cuatro puntos, Kevin Pangos apretó el gatillo dos veces. Un par de triples consecutivos del ex de Gonzaga devolvió al Granca la confianza necesaria para encarar los minutos finales sin apuros. Bendita muñeca.
Sin embargo, aquel no fue el punto definitivo del partido. Los de Aíto García Reneses lo pasaban mal. Urtasun, especialmente motivado frente a su antiguo equipo, se sacó un par de triples de la manga cuando la renta entre los equipos parecía definitiva. Llompart también se unía a ese intento de remontada. Eran momentos difíciles, por lo que el técnico claretiano decidió dar seguridad a su equipo con la pareja en pista.
El partido tenía vida porque el 79-82 no resultaba definitivo. Con el bonus en la mesa del Gipuzkoa, el cerebro de Albert Oliver no falló. El base intentó una penetración. La falta estaba cantada. Ahí, en el tiro libre, donde el ex de la Penya es infalible, mató el partido. Por ahora acumula 59 convertidos en 64 intentos, un 92% de acierto. Era la manera de cerrar algo que él había empezado con una primera parte de libro, anotando, asistiendo y manejando al equipo a la perfección. A García Reneses le había salido la jugada. Este era un día donde la calidad y el talento de sus bases tenía que decidir.
