1Cristiano Ronaldo ejerció de líder para responder a los silbidos de su afición con cuatro goles de un plumazo en 26 minutos, castigar el atrevimiento del Celta y conducir una goleada del Real Madrid (7-1) con la que el equipo blanco recupera la autoestima antes del regreso de la Liga de Campeones.

Una tarde que pudo torcerse acabó convirtiéndose en el mejor impulso posible para el Real Madrid antes de la visita del Roma y el regreso de la única competición que puede conquistar para salvar su temporada, la Liga de Campeones.

La evolución del Celta con Eduardo Berizzo le invitó a ser protagonista en el Santiago Bernabéu, adueñándose del duelo por instantes en la primera mitad. Superó el inicio con intenciones del Real Madrid en un estadio en el que imperó el silencio general y el castigo con silbidos a errores puntuales, hasta que la entrega impulsó el aplauso.

El Real Madrid jugó con un centro del campo inédito. Sin sus referentes Kroos y Modric, con la entrada de Casemiro, que aporta orden, un Kovacic perdido e Isco con voluntad pero sin brillantez.

El equipo de Zinedine Zidane comenzó con un juego estático, en el que solo los impulsos de voluntad de los canteranos Lucas Vázquez y Borja Mayoral le despertaron del letargo.

El Celta arrancó mejor, con Pablo Hernández ejerciendo dominio en la medular y un tridente repleto de veneno. Orellana y Nolito fueron un examen durísimo para Danilo y Carvajal, mientras que Iago Aspas buscaba el gol con continuidad.

La madera lo evitó en un testarazo ante el que nunca habría llegado Keylor Navas, que respondió en el rechace con una gran parada en el mano a mano.

Un momento que marcó el duelo fue la lesión del chileno Pablo 'Tucu' Hernández. Su figura es clave para el equilibrio del Celta. Se dañó una rodilla y dejó su sitio a Radoja.

El bajón del equipo gallego fue patente y a balón parado el Real Madrid comenzó a crear peligro en los últimos compases del primer acto. Voló Rubén a un testarazo de Casemiro tras una falta lateral, pero nada pudo hacer ante un cabezazo de Pepe tras un perfecto saque de esquina de Isco.

Cristiano reponde con goles

El madridismo disfrutó de la imagen de la segunda parte. Aluvión de fútbol blanco para provocar la cara más desconocida del Celta, superado en todas las facetas del juego. Se escucharon silbidos a Cristiano y la respuesta fue contundente. El portugués anotó los cuatro siguientes goles.

La tarde la redondeó la irrupción en el partido del canario Jesé. Tras ver cómo le ha adelantado en su puesto Borja Mayoral, salió con ganas de comerse el mundo. De un córner bien botado, Cristiano marcó su cuarto convirtiendo al Real Madrid en el equipo que más tantos de cabeza marca. Y nada más sacar de centro el Celta, Jesé robó el balón, desbordó y marcó.

El fin de fiesta goleador lo firmó Bale, con espacios, en carrera y de zurdazo cruzado. El Celta borrará este partido desde el pitido final y el Real Madrid lo saborea para llegar con un nuevo impulso anímico a la competición que separa el éxito del fracaso.