La exseleccionadora española de natación sincronizada y actual seleccionadora de Ucrania, Anna Tarrés, ha apuntado que "la vanidad y el odio" hacia ella del actual equipo técnico de la Federación Española (RFEN) "se les ha vuelto en contra" con la no clasificación del equipo para Río de Janeiro, al tiempo que ha lamentado que Ona Carbonell se haya "borrado" y que se lo hayan "permitido".

"Por el equipo técnico no me da nada de pena. Por Fernando Carpena (presidente de la RFEN), cero pena. Ana Montero y Ester Jaumá tampoco me dan pena. No me dan pena porque han sido gente arrogante, que han menospreciado nuestro trabajo, que no han querido saber nada de nosotros y que nos han machacado públicamente. Esa vanidad y ese odio hacia nosotros ahora se les ha vuelto en contra", criticó Tarrés en Onda Cero.

Por su parte, Gemma Mengual se ha mostrado "muy orgullosa de este equipo técnico y de las nadadoras" pese a no lograr la clasificación del equipo español para los Juegos Olímpicos, lamentando que "hay gente que pretenda aprovecharse de la situación".

El mensaje de la 'sirena' español, que sí logró la clasificación olímpica para competir en el dúo junto con Ona Carbonell, llegaba poco después de que una exnadadora del equipo español como Thaïs Henríquez dijera que se ha "destrozado todo".

"Se prescindió de Tarrés y de Beth (Fernández) y ahora están en Ucrania a punto de hacer historia con una medalla de bronce olímpica. Ningunearon y despreciaron a Mayu (Fiyiki) y ahora está luchando por el oro olímpico con China. Esto es España, han destrozado todo por lo que muchas entregamos nuestra vida", se sinceró la canaria en sus redes sociales.

Un fiasco tras años de éxitos

España ha quedado fuera de los Juegos y no por poco. Había tres plazas en juego y ha quedado quinta. La han superado, como era previsible, Ucrania y la emergente Japón, pero también selecciones hasta ahora muy por debajo en el escalafón Mundial, como Italia o incluso Canadá.

No faltaba España en la competición olímpica por equipos desde Atenas 2004 y en las dos últimas ediciones no se había bajado del podio. Fue plata en Pekín 2008 y bronce en Londres 2012, después de la última cita olímpica, el equipo tomó otro giro.

Decidió entonces, el presidente de la Real Federación Española de Natación (RFEN), Fernando Carpena, despedir a Anna Tarrés, que había dirigido la etapa gloriosa del equipo, y España se fue alejando de la elite.

El equipo vivió de la inercia durante el Mundial de Barcelona 2013, en el que consiguió siete medallas (3 platas -todos ellos en la competición por equipos-; y cuatro bronces); en el Europeo de Berlín (2014) sumó dos platas y dos bronces; el botín descendió en el Mundial de Kazán, con dos medallas, pero ninguna por equipos.

El resultado del preolímpico de Río demuestra el momento en el que está el equipo. El próximo verano, en los Juegos Ona Carbonell y la repescada Gemma Mengual, en la competición de dúos, serán las únicas representantes españolas en la disciplina, pero siempre quedará el resquemor de no participar por equipos, la disciplina que da prestigio en este deporte.

En septiembre de 2012, España sustituyó a Tarrés con Esther Jaumà y Ana Montero, que han formado un equipo basado en Ona Carbonell, con la presencia de nadadoras veteranas y otras jóvenes promesas.

Uno de los principales problemas fue gestionar la renovación de un equipo ganador, en el que prácticamente de un día para otro se quedó sin su referente (Andrea Fuentes) y otras experimentadas nadadoras (Crespí, Montrucchio, Pons) también abandonaron el equipo.

Fue el momento de que Ona Carbonell, hasta entonces pareja de Andrea Fuentes en el dúo, liderara el equipo. La extraordinaria Carbonell no encontró una pareja estable que le diera continuidad y los intentos con marga Crespí, Paula Klamburg o Clara Camacho no dieron sus frutos.

Por eso, el equipo técnico decidió repescar a Gemma Mengual, ya retirada con la idea de al menos, reflotar el dúo. Ona y Gemma estarán en Río, aunque su puntuación en el preolímpico no les otorga demasiadas opciones de podio en una competición exigente donde rusas, chinas, japonesas y ucranianas marcarán la pauta.