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Automovilismo 40a edición del Rally Islas Canarias-El Corte Inglés

Los años más convulsos

Chus Puras, con Citroën, fue el dominador de la tercera década de la prueba

Los años más convulsos

El Rally El Corte Inglés vivió su etapa más convulsa en la tercera década, periodo que comprendió entre 1997 y 2006 -ediciones XXI a la XXX-, fechas en las que cumplió sus bodas de plata y en las que, además, se produjo uno de los cambios más importes de cara al futuro y a la consolidación de la prueba: la organización pasó de la Escudería Drago -impulsores de la carrera- a Luis Monzón, que a través de la empresa Canarias Sport Club y con el apoyo de la Federación de Automovilismo de Las Palmas -presidida por Juan Ignacio Díaz- asumió el desafío con el objetivo de dar un toque más profesional a la prueba.

Esos momentos de incertidumbre que rodearon al rally estuvieron motivados por un periodo de crisis generalizada y una posible salida del patrocinador principal -El Corte Inglés-, que ya no podía soportar la importante cuantía económica que suponía el coste organizativo del evento. Monzón tomó las riendas y la prueba cambió su denominación a Rally de Canarias - Trofeo El Corte Inglés, variación por la que las administraciones públicas aceptaron una implicación mayor al repercutir la celebración de la carrera en la promoción exterior del Archipiélago y en un espectáculo que ya estaba arraigado en la sociedad insular.

La búsqueda de nuevos horizontes institucionales llevó a la prueba al sur de Gran Canaria. Con el apoyo del Ayuntamiento de Mogán centró su base operativa en la playa de Amadores. Un año después la sede se trasladó a Maspalomas, en concreto al Palacio de Congresos. Dos lugares que no cumplieron las expectativas de seguimiento del público, por lo que el rally retornó nuevamente a su sede original: el Parque de Santa Catalina, donde continúa en la actualidad.

Sin embargo, en paralelo a la incertidumbre económica, en el apartado deportivo eclosionó la proyección de pilotos canarios en el Campeonato de España de Rallies, certamen que daría al automovilismo insular una de las mayores alegrías al proclamarse campeones absolutos de rallys -en la temporada de 1991- el equipo formado por José María Ponce y José Carlos Déniz -con BMW M-3-, al que le seguiría el título alcanzado pro Luis Monzón y el propio José Carlos Déniz -con un Peugeot 306 Maxi kit car- en el año 2003.

El rally en sí vivió en este periodo dos etapas vitales para su futuro. La primera marcada por la posibilidad de seguir disfrutando del Campeonato de Europa y, posteriormente, su salida del certamen basado en la pérdida de contactos con las reuniones de seguridad de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), cuya comisión tenía al frente al ex piloto Shekhar Mehta (q.e.p.d.).

Problemas de seguridad

Esta dejadez por parte del Comité Organizador, que lideraba Eduardo Cardona (q.e.p.d.), y las estrictas exigencias en medidas de seguridad que no cumplía la prueba grancanaria ante la numerosa presencia de aficionados que colapsaban los tramos cronometrados -por entonces no eran conscientes de la importancia de este apartado para la viabilidad del espectáculo- sacaron a la prueba del circuito europeo.

En el apartado deportivo sobresalen algunas victorias brillantes, como la que firmaron los hermanos franceses Gilles y Hervé Panizzi -con Peugeot 306 Maxi kit car- en el año 1998. Fueron segundos clasificados Jesús Puras-Carlos del Barrio (Citroën ZX kit car), con José Mª Ponce-Gaspar León (Toyota Celica GT Four-Grifone) y Luis Monzón-José C. Déniz (Renault Maxi Mégane kit car), en los puestos cuartos y quinto, respectivamente.

Puras se proclamó campeón de España y ganó también las ediciones de 1999 y 2000, etapa en la que Monzón acabó en segunda posición y en el otro enfrentamiento plantó cara al piloto cántabro hasta que una avería mecánica dejó fuera de competición al grancanario.

El Mundialito canario tomó forma y dos pilotos del Team Marlboro destacaron con una meritoria actuación: el tinerfeño Goyo Picar (Ford Escort Cosworth de grupo A) y la revelación de la temporada: el joven teldense José Brito (Peugeot 306 Maxi kit car). Brito acabó cuarto de la general en la edición XXIV-2000.

El 25 aniversario se celebró en el año 2001, edición en la que la victoria fue para Salvador Cañellas (Seat Córdoba WRC), que se hizo con la primera plaza en una prueba que estuvo marcada por un inicio sobre asfalto seco pero que finalizó con la adversidad meteorológica de intensa lluvia. Monzón, que aspiraba al certamen nacional, pinchó un neumático y perdió comba en la pugna por la victoria.

La organización invitó a todos los ganadores de las ediciones anteriores. Así, contó con la presencia de destacados pilotos como Carlos Sainz, Medardo Pérez, Terry Kaby, Marc Etchebers, Luis Monzón, José Mª Ponce, Genito Ortiz, Jesús Puras, entre otros.

La lucha de Puras y Monzón se repitió en la edición siguiente, en la que destacó otro piloto local: Flavio Alonso. Corría el año 2003 cuando la prueba pasó por sus peores momentos: una lista de inscritos de solo 40 participantes -de los que acabaron 25-, correspondiendo la victoria para el portugués Miguel Campos-Carlos Magalhaes con Peugeot 206 S1600. Miguel Fuster finalizó en la segunda posición y Antonio Ponce y Rubén González fueron terceros para proporcionar una gran alegría para su patrocinador Domingo Alonso. La participación nacional fue una debacle de abandonos encabezada por Enrique García Ojeda.

Ceremonia de salida

En 2005 la victoria fue para el andorrano Joan Vinyes y Xavi Lorza -con Peugeot 206 S1600- en un rally que mantuvo el nombre de Rally de Canarias 'Trofeo El Corte Inglés'. Segundo fue Dani Sordo, seguido de Enrique García Ojeda y Miguel Fuster. La victoria en grupo N fue para el tinerfeño Víctor Delgado. En el apartado local dominó la competición David García tras la retirada de Monzón.

Ese año, por primera vez, se llevó a cabo la ceremonia de salida previa a las etapas de competición, acto que a partir del siguiente año sería obligatoria en el Campeonato de España de Rallys.

En la XXX edición de 2006, puntuable para los campeonatos de Europa y España, la empresa promotora Canarias Sport Club que presidía Luis Monzón entregó diversas medallas de oro y brillantes a las instituciones que han contribuido a que la prueba reina de automovilismo canario se haya mantenido viva a lo largo de tantos años -y a un nivel organizativo tan excelso-. Monzón, en su apartado como piloto y en su apertura internacional, se despidió de la temporada del Campeonato Asia Supercar Challenge con la cuarta posición absoluta.

Ese año la victoria fue para el alicantino Miguel Fuster, acompañado de José V. Medina, al volante de un Renault Clio S1600 del equipo tinerfeño Imex-Laca, tras culminar una última jornada que deparó sorpresas en los puestos de privilegio, debido a que el líder de la primera jornada, Dani Solá, pinchó un neumático y quedó relegado a la tercera posición. Este incidente motivó que el piloto de Peugeot Sport España, Alberto Hevia, pasara a comandar la carrera, pero el asturiano estaba gafado en Gran Canaria: sufrió una salida de carretera que le apeaba de la competición.

El grancanario Fran Suárez (EVO-VIII) acabó cuarto -primer isleño-, siendo, además, el vencedor de la categoría de Grupo N. Un resultado positivo para su proyecto nacional de ese año. Suárez rodó más motivado y seguro que nunca, lo que agradecieron los aficionados a los que les ofreció más de una derrapada.

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