Lágrimas amarillas. Setién y Valerón, pesar en la UD por el adiós del mito Cruyff. Pero a la vez, la inmortalidad de un sello estético universal. El técnico amarillo incide en la revolución táctica del holandés, que puso al Barça en el mapa. "Siento un pesar enorme, sabía que estaba enfermo pero no creía que fuese tan repentino. Es una pérdida significativa; le veías jugar y luego aprendías muchas cosas. Fue un referente en su faceta, patentó un método de juego de toque. Básicamente lo que yo siempre he soñado, nos mostró un camino a muchos. Dejó una huella única y recuerdo que era muy crío, presencié alucinado las Copas de Europa que ganó con el Ajax (...) Luego la selección de Holanda en esas dos finales del Mundial que no lograron llevarse. Más allá de los títulos, fue un jugador extraordianrio". Pero el estratega amarillo, también defiende con devoción la oratoria del mito: "Siempre decía lo que pensaba, era un hombre de principios. Siento una tristeza enorme, él lo cambió todo. Es cierto que hay gente detrás, antes en el tiempo como Rinus Michels. Pero yo y mi generación lo vimos cada domingo".

Pone en valor la concepción del fútbol como un espectáculo. El arte de un caño, la irreverencia de un sombrero. La arista más festiva de la batalla. "Corrías y nuncas llegabas a tocar el balon; fue una experiencia. Lo defino como un cambio radical, al menos para la gente como yo. Nos gustaba el fútbol", determina el cántabro, ayer, en Teror.

Para Setién, Cruyff era un emperador. Todo personalidad. Llevó su idea hasta el final, una situación que también practica el estratega de la UD. "Tenía una grandísima personalidad; cambió muchas cosas, transformó a los jugadores. El fútbol se convierte en una cosa diferente cuando aparece este genio".

La 'manita' de Setién al mito. El técnico recuerda, que como jugador del Racing de Santander, en la 1994-95, le ganó (5-0) al Barça de Cruyff [un 11 de febrero de 1995].

"Eran sus últimos momentos en el Barça y ya estaba dañado. Ganar de esa manera, para un equipo humilde como el Racing, es un recuerdo extraordinario. Fue una victoria contra un 'equipazo', coincidí en la boda de Eusebio Sacristán con Cruyff y le confesé que hubiese dado mi dedo meñique por formar parte de aquel equipo. De su filosofía del balón y la vida", finaliza el estratega.

Del Flaco al Flaco

Valerón eleva a un pedestal la propuesta estética y barroca del técnico holandés, apodado el Flaco. "Nos marcó a todos, primero lo hizo siendo jugador y luego como entrenador. Es un referente para todos, en el bueno sentido. Pone en valor, un tipo de juego de toque, muy atractivo para el espectador. Muy en la sintonía de los logros posteriores de la selección española -un Mundial y dos Eurocopas-. Es un día difícil, pero queda su fútbol. Una fórmula que eleva este deporte a lo máximo".

El 'Flaco' Valerón, el estandarte de la esencia más hermosa del balón, incide que la huella del holandés es infinita. "Jamás desaparecerá, queda su semilla y conquistas".