La selección española repitió ante Rumanía el empate cosechado en Italia, en una noche de juego nefasto y sin pegada, ante una Rumanía motivada y perseverante que intentó estar a la altura del amistoso disputado en Cluj.

España tiene mucho que mejorar de cara a la Eurocopa si quiere volver a hacer historia. Ante un inicio que apuntaba prometedor, dominador de juego y dando esperanzas de mejorar la desgana de Udine, los pupilos de Vicente del Bosque se desinflaron en pocos minutos. Permitió la intempestiva de los rumanos a manos de Florin Andone, delantero del Córdoba, y Nicusor Stanciu, quien demostró una vez más que está en un excelente estado de forma.

Stanciu, de 22 años, puso a prueba a Casillas en varias ocasiones durante la primera parte, pero el guardameta se mostró seguro en todo el encuentro.

El canario David Silva, quien debutó ante Rumanía hace casi diez años, lideró al conjunto español que acusaba una baja presión, provocando que los rumanos se pudieran desmarcar por los extremos y disfrutar de ocasiones de peligro.

Hasta el descanso los españoles se desconectaron pese a que se cambiaba de banda a Pedro para relanzar el contraataque, dejando el control de la pelota a los locales.

Tras la reanudación, España falló un gol cantado después de que Piqué se quedó solo en el área tras una acción a balón parado pero chutó a las manos de Tatarusanu.

La entrada de Isco y Cesc agilizaron el juego desplegado por la selección sobre todo porque quitó presión a Silva, sin duda el más activo de los atacantes. Del Bosque dio entrada además a Nacho y Aduriz para que gocen de minutos para hacerse un hueco en La Roja.

Sin embargo, los cambios del seleccionador salmantino no surtieron efecto alguno y solo un tímido lanzamiento de Morata generó una de las pocas ocasiones que tuvieron en la segunda mitad. 'La Roja' acabó buscando el gol, pidiendo dos penaltis sobre Morata y Cesc, pero se topó con una Rumanía dura que avisó a Francia de lo que le espera en el partido inaugural de la Eurocopa.