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Herbalife Gran Canaria Liga Endesa (25a jornada)

El Granca coge carrerilla

El equipo de García Reneses supera al Laboral Kutxa (93-90) justo antes de rendir visita al Galatasaray en las semifinales de la Eurocup

El cronómetro aún encerraba en sus tripas, entre cables, señales electrónicas y luces, 7,5 segundos de partido cuando Sasu Salin, con pulso de cirujano, sin lugar para las dudas ni para la tiritera en su muñeca derecha, anotó dos tiros libres -clink, caja- y disparó al Herbalife Gran Canaria hacia los tres puntos de ventaja (93-90) sobre el Laboral Kutxa después de un partido intenso, rebosante de detalles decisivos, intercambios de golpes, permutas de ventajas en el marcador, buenas intenciones a nivel colectivo, mucho talento y una dosis generosa de esfuerzo. La mesa de anotadores, entonces, hizo sonar un bocinazo y saltó la sorpresa general: con posesión para el rival y con todo un mundo por delante para intentar forzar la prórroga, Aíto García Reneses -entrenador del equipo claretiano- pidió un tiempo muerto para poner en orden las ideas de sus jugadores.

Lo hizo, además, desde el desprecio al truco fácil: dejar que el Baskonia pusiera el balón en juego, forzar una falta para mandar al adversario a la línea de tiros libres y, desde es posición, no permitirle sumar más de dos puntos. Nada de eso ocurrió. Lo banal, lo vulgar, parece que no tiene hueco en este Granca tan divertido, tan alegre, que parece que flota mientras coge carrerilla para el tramo decisivo del curso. "Hacemos una buena defensa, solo buena defensa, con presión desde su saque de fondo, sin faltas", indicó García Reneses con pizarra en mano a su tropa.

Y allá fue el Herbalife Gran Canaria, obediente a su maestro, para defender la renta de tres puntos sin trampa ni cartón. Empujó al Laboral Kutxa desde arriba del todo sobre el parqué, tapó al contrincante todas las salidas que pudo y cruzó los dedos cuando Mike James -con Kevin Pangos encima- intentó un triple mortal con tirabuzón. El tiro del base de Portland se salió del aro y el Granca se lanzó al suelo para celebrar un triunfo de mucho caché (93-90), una victoria que se levantó a partir de pequeñas cosas -como su poderío al cargar el rebote ofensivo (16), los 23 balones perdidos del Baskonia, el acierto de Pangos y Omic, el temple de Salin en los momentos decisivos- y que llega apenas tres días antes de visitar al Galatasaray para iniciar una serie de dos encuentros con premio gordo al final del túnel: una plaza para la final de la Eurocup.

Antes de llegar a ese momento cumbre del duelo, al Herbalife Gran Canaria le tocó superar una fase inicial de modorra -encajó 26 puntos en el primer cuarto-, enderezar un mal porcentaje de acierto en el tiro exterior -1/10 en triples (10%) al descanso- y sufrir el combo que forman Mike James y Ioannis Bourousis -se combinaron para jugar un 2x2 contra el mundo y sumar entre los dos 40 puntos-.

Para superar todo eso, al Granca le dio por tirar de la productividad colectiva. Con Oriol Paulí y Anzejs Pasecniks en el banquillo, las otras diez piezas que manejó García Reneses a su antojo sumaron en todo momento para convertir al equipo amarillo en una máquina capaz de mantener un pico alto de rendimiento durante los 40 minutos, un reto ante el que se quedó corto el Laboral Kutxa, un rival que anda metido de lleno en demasiados menesteres -busca plaza en los cuartos de final de la Euroliga-.

Frente a tanta energía, al conjunto que dirige Velimir Perasovic el tercer cuarto se le hizo muy cuesta arriba. Casi como si ascendiera el Tourmalet montado en una bicicleta de piñón fijo. Un parcial 14-0 -que arrancó con el marcador anclado en un 43-50 y reventó al alcanzar un guarismo de 57-50- puso al mando del partido al Herbalife Gran Canaria, feliz a la carrera, con contragolpes lanzados por Albert Oliver -en plan quarterback de fútbol americano con pases largos en busca del compañero desmarcado-.

Un triple de James (68-69, min. 32) y otro de Bourousis (83-84, min. 37) dieron un par de vidas extras al Laboral Kutxa ante un Granca revolucionado después de que García Reneses llenara su perímetro de bajitos -Pangos, Salin y DJ Seeley se juntaron en pista-. Al ritmo del base canadiense, los puntos de los escoltas y la colaboración de Omic sobre la pintura, el equipo claretiano selló, como si fuera cuestión de coser y cantar, su decimosexta victoria del curso en la Liga Endesa. Da gusto ver jugar al Herbalife.

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