Rafael Cabrera Bello (Las Palmas de Gran Canaria, 25 de mayo de 1984) logró este pasado fin de semana algo más que un tercer puesto en el WGC-Dell Match Play, que se disputó en el Austin Country Club, en Texas (Estados Unidos), tras imponerse en la final de consolación (3 arriba y 2 por jugar) al número tres del ranking mundial, el norirlandés Rory McIlroy, que partía como tercer cabeza de serie de un torneo que acabó adjudicándose el australiano Jason Day.
Day, nuevo número uno mundial tras la clasificación dada a conocer ayer, no dio opción alguna al sudafricano Louis Oosthuizen -vencedor en semifinales del grancanario- en un duelo controlado a la perfección desde el primer hoyo que desembocó en un inapelable 5/4.
Y es que, con ese triunfo sobre McIlroy, Rafa Cabrera Bello ha conseguido mucho más. De entrada, es el mejor clasificado español en la historia del campeonato del mundo match play. Por otra parte, esa tercera plaza le supone un verdadero subidón en ese ranking mundial, pues el canario sube nada menos que 18 posiciones: del 54º al 36º, su mejor clasificación histórica desde que se hiciera profesional, allá por el año 2005.
Además, al lograr meterse en el top'40, se mete asimismo, por invitación, en el Masters de Augusta (del 7 al 10 de abril próximos), sueño que perseguía como profesional. Por ello, será el primer jugador canario que dispute los cuatro torneos del Grand Slam, compuesto por los cuatro majors: Masters de Augusta, US Open (lo disputó en 2010 y 2012), Abierto Británico y Campeonato de la PGA (estos dos últimos los ha jugado de forma consecutiva desde 2012 a 2015).
Asimismo, el golfista grancanario se ganó la posibilidad, si así lo estimase oportuno, de disputar el circuito de la PGA americana durante el curso 2017.
Por otra parte, Rafa Cabrera se coloca como el tercer golfista en las plazas que, desde el ranking mundial, tras Henrik Stenson y Justin Rose, dan acceso al equipo europeo de la Ryder Cup. Las otras dos plazas, por ahora, las ocuparían Sergio García y Thomas Pieters.
Finalmente, además de embolsarse un premio en metálico de alrededor de 600.000 doláres, Rafa Cabrera tiene al alcance de la mano representar a España en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pues en la clasificación de la Federación Internacional de Golf ocupa la 27ª posición, alejándose muchísimo de sus teóricos rivales españoles por esa plaza.
