Celta y Deportivo compiten en Balaídos por la hegemonía del fútbol gallego, en un derbi imprevisible y con tres puntos en juego muy importantes para ambos, que luchan por objetivos bien diferentes.

Los vigueses sueñan con regresar a una competición europea nueve años después, mientras que los coruñeses aspiran a sellar virtualmente su permanencia en la categoría en el campo de su eterno rival, objetivo que se les complicó tras una irregular segunda vuelta, en la que llegaron a enlazar trece jornadas sin ganar.

El equipo dirigido por Eduardo 'Toto' Berizzo recupera a su máximo goleador, Iago Aspas, pero pierde a uno de sus pilares en el centro del campo, el internacional chileno Marcelo Díaz, lesionado en el partido que enfrentó a su selección con Argentina la semana pasada.

En ataque actuarán los cuatro que vienen jugando habitualmente: Nolito, Orellana, Aspas y John Guidetti. La duda está en saber si Berizzo sitúa a Orellana en la banda o como mediapunta, situación que llevaría a Aspas a un costado.

Después de haber roto antes del parón del campeonato una racha de trece jornadas sin ganar, el Deportivo pretende poner en Balaídos la guinda a la permanencia en la Liga BBVA.

El triunfo ante el Levante ha servido a los deportivistas para quitarse un peso de encima y tener quince días de parón con tranquilidad y llegar a Balaídos sin urgencia, pero sin relajación, porque una victoria le garantizaría prácticamente su continuidad en la élite.

Más de 600 deportivistas acudirán al campo vigués para animar a su equipo en una cita para la que Víctor Sánchez del Amo recupera al central brasileño Sidnei Rechel.