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Baloncesto

El pequeño que tiraba mejor que Curry

Sedran fue uno de los jugadores judíos que brillaron en los inicios del basket profesional

Stephen Curry es el mejor tirador que ha existido. Existe un consenso general a este respecto. Aunque quizás debiera limitarse la aseveración al baloncesto moderno, de reglas y materiales más o menos constantes, registrado en sus cifras y sus imágenes. Curry compite también contra leyendas brumosas, imágenes en sepia, canchas rugosas, balones de cuero... Contra Barney Sedran, el ácaro poderoso, que asombró con su precisión a comienzos del siglo XX. Un apodo apropiado a su estatura. Sedran, que medía 1,63 y apenas superaba los 50 kilos, es el jugador más pequeño incluido en el Hall of Fame.

Barney, estadounidense de segunda generación, nació en 1891 en Nueva York con el Sedransky familiar reducido ya a Sedran. Pertenece al grupo de jugadores judíos que dominó el baloncesto en los inicios del profesionalismo. Judío era Ossie Schectman, que en 1946 anotó la primera canasta de la historia de la BAA, una de las dos ligas de cuya fusión surgió la NBA. Igual que varios compañeros en los Knicks originales: Gottlieb, Hertzberg, Kaplowitz, Militzok,_Rosenstein y Weber. En casi todas las escuadras militaba entonces algún judío. En la época abundaban las explicaciones antisemitas. Paul Gallico, jefe de deportes en el New York Daily News, atribuía en 1937 esa proliferación a que el juego se adaptaba a características supuestamente judías como la "mente intrigante", "la astucia imaginativa", "el regate ingenioso".

Existían seguramente razonas de tipo socioeconómico. Muchos jugadores judíos procedían de familias humildes del Lower East Side neoyorquino, donde se habían asentado los emigrantes procedentes de la Europa del Este. Y el baloncesto, aunque popular en las universidades, tardó mucho en resultar atractivo a nivel profesional, ofreciéndose como refugio para aquella minoría. El peso judío en la NBA dentro de las canchas se iría reduciendo paulatinamente. Dolph Schayes, retirado en 1964, fue su última gran estrella. Su influencia, sin embargo, resultaría decisiva en los despachos.

Fue David Stern el que a partir de los años ochenta convirtió la liga en el negocio global que es ahora. Barney Sedran, que creció precisamente en el Lower East Side, se cuenta entre los pioneros de esta saga junto a Jammy Moskowitz, Moe Goldman, Harry Litwack o Nat Holman. Para este último, Sedran los superaba a todos: "Es el pequeño jugador más grande que ha practicado este juego". Holman detallaba las cualidades de su colega: "Gran tirador de dentro y fuera, inteligente pasador, gran manejador, muy rápido, siempre en movimiento, creando situaciones de canasta y capaz de soportar la dureza del baloncesto profesional".

Sedran, a quien la talla le impidió jugar con el instituto De Witt y que debió iniciar su carrera en una liga que limitaba el peso de sus integrantes a 52 kilos (115 libras), tendría después una dilatada trayectoria. Fue profesional entre 1911 y 1938, en 22 equipos diferentes y conquistando una docena de títulos. Las mudanzas eran constantes entonces en un deporte en general voluble. Había ligas locales, estatales e interestatales, de diversa duración. En algunas podían disputarse tres partidos por día. Equipos y torneos surgían y desaparecían en un acelerado ciclo vital. El sueldo de los jugadores rara vez superaba los 125 dólares mensuales.

Aquel baloncesto se disputaba en arsenales militares, auditorios y gimnasios de ciudades pequeñas. La cancha se rodeaba de una verja, auténtica trampa letal en caídas y empujones. El comportamiento en el profesionalismo suburbial en nada se asemejaba al aseado estilo universitario. La violencia, poco penalizada por los árbitros, abundaba entre los jugadores. Los espectadores arrojaban objetos, incluso clavos, o agarraban a los visitantes, que solían acabar amoratados y arañados.

Ya los corredores de apuestas empezaban a interesarse por las posibilidades lucrativas del baloncesto. Sedran y Marty Friedman, copañeros en los New York Whirlwinds, denunciaron en abril de 1920 un intento de soborno en unas series contra los New York Original Celtics -nada que ver con la franquicia posteriormente creada en Boston-, que generaron una extraordinaria repercusión. Uno de aquellos duelos atrajó a 11.000 aficionados al arsenal del 71º regimiento de Nueva York.

Sedran y Friedma, igualmente judío, formaron pareja en varias escuadras. Se les conocía como los "gemelos celestiales". También en esto precursores de los Splash Brothers que componen Curry y Thompson en los Warriors. Friedman aportaba la defensa, el bloqueo, la asistencia. Juntos soportaban los insultos racistas . Alguna vez se encontaron el campo con sogas o ataudes pintados. Cuando a Sedran lo incluyeron en el Hall of Fame, en 1962, escribió una carta pidiendo la misma distinción para Friedman. Aunque lo consiguió, no llegó a ver cumplido su deseo. Murió en 1969. Friedman sería admitido en 1971.

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