Todo está en la mente. Y más en una disciplina como el baloncesto, donde nada está sentenciado hasta que el trío arbitral y la bocina pitan el ensordecedor final. El Herbalife Gran Canaria deberá remontar 14 puntos al Galatasaray turco si quiere alcanzar por segunda campaña consecutiva la final de la Eurocup. Contará con dos factores a su favor: la marea amarilla en el parqué de Siete Palmas y el talento que atesoran sus hombres experimentados, ya acostumbrados a disputar finales -la última, la de la Copa del Rey el pasado febrero, frente al cada vez menos temido Real Madrid-. Exjugadores del club de la Vega de San José tienen fe ciega en el equipo de sus amores y confían en que pasarán por encima del plantel de Ergin Ataman.
Estos días sólo el optimismo tiene cabida en el vocabulario de Carmelo Cabrera, toda una leyenda en el baloncesto canario y nacional. El exjugador del Real Madrid y CB Canarias lo tiene claro. El equipo isleño se impondrá por técnica y calidad y la desventaja de puntos es salvable. "Por su pundonor, por su profesionalidad, porque conocen muy bien el oficio, ganarán. ¿Cómo no van a remontar 3 ó 4 puntos por periodo? Es bastante fácil", aseguró el Globetrotter Blanco.
La selección del tiro
El cóctel de la remontada que propone Cabrera contiene varios ingredientes: desplegar una sólida defensa, evitar pérdidas de balón, realizar una buena selección de lanzamientos y apreciar los tiros libres. "La línea de 4,60 metros vale su peso en oro. No hay trampa ni cartón. Es un apartado del juego que suma", explicó el que se proclamara 10 veces consecutivas campeón de Liga con la camiseta merengue, siete de Copa y dos de Europa, y ganara la medalla de plata con la Selección Española en el Eurobasket de Barcelona'73.
La experiencia del Granca de jugar dos finales en un año da serenidad y avala al cuadro claretiano. La primera, el pasado 29 de abril en el Basketball Center de Moscú en Eurocup, frente al Khimki, al que no pudieron tumbar, y la segunda el pasado febrero frente al Real Madrid del Chacho Rodríguez, al que plantaron cara hasta el final y sólo tres puntos le separaron de acariciar el título de Copa del Rey. "Es asequible para el Gran Canaria, tiene experiencia de hace varios años, conoce muy bien la competición, soy muy optimista", apunta Cabrera. El perímetro tendrá un valor importante, pero no determinante. Prueba de ello es que en el encuentro de ida, disputado en el Abdi Ipekci Arena, de poco le sirvió al Granca su mayor efectividad desde la línea de 6,75 metros, 35,7% frente al 28% del conjunto turco.
En cuanto a los rebotes, el cuadro otomano ganó la batalla en el choque de ida: un total de 43 rebotes (12 ofensivos y 31 defensivos) frente a los 34 amarillos (10+24). Pero para Cabrera, muchas veces las estadísticas no reflejan toda la realidad. Hay ciertos aspectos del juego, los llamados "intangibles", como la defensa, el ritmo, ciertas recuperaciones, que prevalecen sobre los números.
"Si el baloncesto fuera todo matemática, perdería su esencia. Prefiero sacrificar los rebotes y tener buenas opciones y porcentajes de tiro. Eso sí, hay que cerrar bien el rebote para evitar que el equipo contrario tenga segundas y terceras oportunidades de tiro, o provocar tiros forzados para recoger el rechace y lanzar el contraataque", explicó Cabrera.
Para Roberto Guerra también las estadísticas ofrecen una lectura fría de lo sucedido dentro de una cancha. El exescolta grancanario apuntó que el club claretiano disputó minutos muy buenos en el primer cuarto y parte del segundo el pasado miércoles en Estambul, pero cometieron "errores poco comunes" que el cuadro otomano supo aprovechar. Sin embargo, Guerra se mostró ilusionado. "Es posible la remontada. Es un resultado complicado, pero yo, si fuera el Galatasaray, vendría preocupado, es una renta salvable", comentó.
El exjugador del Granca vivió en su propia piel una situación similar en la campaña 2007-2008. Formó parte de aquella plantilla que no pudo dar la vuelta a la eliminatoria de octavos de Copa ULEB frente el Galatasaray, pese a ganarles en casa por 88-79 -insuficiente para recortar los 25 puntos de la ida-.
La fortaleza física es una de las llaves que puede abrir la puerta de su segunda final de Eurocup consecutiva, según Guerra. Si igualan la intensidad defensiva que imprimieron los hombres de Ergin Ataman en los primeros compases, tendrá opciones para lograrlo.
Para Pepón Artiles, otro exclaretiano, el Herbalife es el favorito y su victoria residirá en el acierto anotador que no tuvo en el Abdi Ipekci Arena, en una sólida defensa, y las rotaciones y rebotes. El exalero teldense fue uno de los artífices del ascenso del Gran Canaria en 1995 tras tres cursos en el pozo y contribuyó a hacer grande al club junto a la dorada BMV de Burditt, Morton y Vandiver. "El Granca está donde está porque tras dos décadas, cada año ha ido creciendo gracias a su gran masa social. Llega el momento de dar un salto más", afirmó.
Berni Hernández, otro de esos héroes, subrayó el papel decisivo del colectivo. "Serán claves todos, no sólo los bases. Pero controlar el ritmo será clave para poder remontar, unido a la capacidad anotadora de Oliver y Pangos", aseguró.
