El Herbalife Gran Canaria, cerca de la medianoche del miércoles, cerró con una victoria de sabor avinagrado su participación en la Eurocup. Ganó en la prórroga al Galatasaray (94-81), pero se quedó a un palmo de remontar la desventaja de 14 puntos (89-75) con la que regresó hace una semana de Estambul. En semifinales, de manera cruel, terminó otra aventura continental del equipo claretiano bajo la tutela de Aíto García Reneses, un entrenador que ha llevado al conjunto amarillo a un nivel superior -hasta la final de la propia competición europea en 2015 y a la final de la Copa del Rey en 2016-, pero que sigue bajo sospecha en su propio club: la entidad que preside Miguelo Betancor, de momento, se resiste a ofrecerle la renovación.
Aíto triunfa sobre el parqué y, con el foco ya puesto sobre el Playoff por el título de la Liga Endesa -el último gran desafío del curso-, cede el balón para que las grandes decisiones respecto al nuevo proyecto claretiano las encaren Berdi Pérez -director deportivo del Granca- y el consejo de administración que controla Miguelo Betancor. A ellos les tocará decidir el nombre del entrenador -García Reneses u otro- y completar el puzle que dé forma a la plantilla. El reto, para el futuro a corto plazo, es mayúsculo: toca mantener, como mínimo, el nivel competitivo alcanzado en las últimas campañas.
Porque más allá de la presencia del Herbalife Gran Canaria en finales o grandes escenarios, la plantilla que dirige García Reneses ha destacado por su capacidad para honrar la camiseta en los grandes momentos. Fue al matadero en la Copa del Rey -emparejado con el Valencia Basket, invicto en la ACB el día del sorteo- y firmó una hazaña hermosa al caer en el último minuto de la final frente al Real Madrid tras dejar en la cuneta al cuadro taronja y al Dominion Bilbao; encaró un imposible el miércoles en el duelo de vuelta de las semifinales de la Eurocup contra el Galatasaray y rozó la proeza. Todo a base de buen baloncesto y dignidad en el esfuerzo.
El equipo de Estambul cerró el paso del Granca hacia otra final, donde ya esperaba el Strasbourg, y puso fin a una aventura de 22 partidos del conjunto claretiano esta campaña en la Eurocup. El balance de tan extensa trayectoria es de 16 victorias y seis derrotas. Por el camino, superó el primer corte como campeón de grupo en la fase regular -al superar en la clasificación al MHP Riesen Ludwigsburg, Grissin Bon Reggio Emilia, ALBA Berlín, Le Mans Sarthe y Enel Basket Brindisi-, también fue el mejor de su grupo en el Last32 -por delante de Strasbourg, Avtodor Saratov y Hapoel Jerusalén- y superó al Limoges y al Stelmet Zielona Gora en octavos y cuartos de final.
A nivel individual, las estadísticas registradas por la plantilla del Herbalife Gran Canaria en la Eurocup refuerzan el sentido colectivo que ha permitido al equipo claretiano brillar con luz propia este ejercicio. En anotación, cinco jugadores se han movido por encima de los dobles dígitos: Alen Omic (14), Kevin Pangos (11.9 puntos), Sasu Salin (11.5) y DJ Seeley (11.4), aunque el mejor promedió lo firmó Kyle Kuric (14.7) en los tres partidos que disputó antes de tener que pasar por quirófano para extirparle un meningioma en el cerebro.
El impacto de Omic
En su primer año enrolado en las filas del Granca, Alen Omic ha destacado como la principal referencia interior de la escuadra amarilla. El internacional esloveno ha sido el jugador claretiano mejor valorado: se fue hasta los 19.2 créditos. Además de destacar en ataque con su media de 14 puntos, el bosnio capturó una media de 7.9 rebotes.
También ha sido notable el debut de Pangos en Europa. El base canadiense, en su primer año como profesional -tras brillar en la NCAA con Gonzaga-, superó los dobles dígitos en valoración (12.1) Sus buenos porcentajes en los tiros de tres (51.2%) y el número de asistencias repartidas por duelo (4.8) le han permitido sobresalir a las órdenes de García Reneses.
La aportación de toda la plantilla ha sido relevante -a excepción de Ovidijus Galdikas, cortado en febrero-. Pablo Aguilar (8.1), Eulis Báez (7.2) o Brad Newley (8.5) rozaron los dobles dígitos en anotación, Xavi Rabaseda y Sitapha Savané multiplicaron su producción -sobre todo en defensa- en los momentos más importantes del torneo y Anzejs Pasecniks dio sus primeros pasos como profesional -8:12 minutos en cancha- en una Eurocup que ya es inolvidable.
