Un gol de Nolito permite al Celta cumplir con su objetivo de sumar mirando a jugar en Europa la próxima temporada mientras que el Sporting desperdicia la suya para salir de las posiciones de descenso.

Sporting y Celta saltaron a El Molinón con objetivos diferentes pero claros, los locales seguir luchando por la permanencia y los visitantes por jugar en Europa la próxima temporada.

La diferencia de potencial de ambas plantillas quedó patente desde el inicio con los célticos dominado el esférico y el Sporting defendiéndose bien y tratando de conseguir alguna contra que les diese réditos.

Sin embargo, los primeros minutos fueron de juego en el centro del campo en el que los gallegos controlaban el balón, lo movían con cierta tranquilidad porque en esta ocasión los rojiblancos no presionaban tan arriba como en otras.

El último cuarto de hora los vigueses encerraron al Sporting en campo y gozaron de varias ocasiones a cargo de Orellana y Iago Aspas que resuelven los defensas con apuros.

El Celta salió fuerte en la segunda parte pero queriendo entrar en el área del Sporting a base de paredes, y aunque llevó los nervios a la grada no consiguió ocasiones de peligro.

Pero pasados unos minutos el Sporting, espoleado por los aficionados se fue arriba y gozó de dos claras ocasiones, que primero Carmona y luego el propio Carmona y Sanabria no fueron capaces de aprovechar.

Cuando mejor estaba jugando el Sporting, el Celta se adelantó en el marcador con un gol de Nolito, que tras hacerse con el balón en el área local fue buscando ángulo para su disparo, pero cuando todos esperaban al segundo palo fue flojo al primero superando a un estático Cuéllar.

Abelardo apostó por jugadores ofensivos y dio entrada a Carlos Castro y Halilovic en lugar de Carmona y Pablo Pérez, que se desgastaron y trabajaron pero sin acierto en el aspecto ofensivo.

El gol encajado afectó a los gijoneses que bajaron la intensidad de juego y permitieron que el Celta jugase más cómodo hasta el final.