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Balonmano EHF Challenge Cup

El Chimborazo del Rocasa

Las chicas de Paco Santana hacen historia al alcanzar su primera final de la Challenge Cup, tras apear al Start Elblag polaco

Hace pocos días se supo que el Everest se quedó chico cuando un grupo de investigadores franceses y ecuatorianos descubrieron que otro pico era más alto desde el centro de la tierra en Ecuador: el Chimborazo. Así como algún día se podrá llegar a coronar su cráter, el Rocasa Gran Canaria escaló ayer a la cima más alta de sus 37 años de historia: pasar a la final de la EHF Challenge Cup. Y lo hizo con veteranía y mucho temple frente al EKS Start Elblag polaco, en la vuelta de las semifinales, tras empatar a 22 y hacer valer su gol de ventaja de la ida (24-25). Las isleñas se medirán al Kastamonu B. Genclik SK el próximo 30 de abril en Turquía y el 8 de mayo en Telde.

No fue un camino llano hasta llegar a la cumbre. El combinado de Justyna Stelina opuso una férrea resistencia durante todo el partido. Una infatigable, intensa y agresiva defensa sobre el cuadro isleño, que supo mantener la calma y combatir la asfixia en momentos clave del encuentro.

En los segundos finales de infarto, el EKS Start Elblag logró nivelar el electrónico a 22 y contó con la última posesión, pero una astuta Carmen Toscano interceptó el balón, lo abrazó con ahínco, al igual que al resto de sus compañeras tras escuchar la bocina. Las 2.000 almas que llenaron el pabellón Rita Hernández de Telde estallaron de júbilo.

El inicio de la ascensión osciló entre posesiones apresuradas de ambas expediciones. Almudena Rodríguez (7) y María Luján (6), máximas realizadoras isleñas, ya avisaron a su rival del peligro que entrañaban sus pasos. Casi escorada en un extremo, Carmen Toscano inauguró el marcador.

La rápida circulación del balón del Remudas desestabilizó a las polacas, cuyos duros bloqueos de Muchocka y Waga sobre Almudena y Albaladejo fueron sancionados con dos amarillas. El conjunto polaco empataba en las manos de Lisewska, máxima artillera del equipo visitante (6). Matuszczyk generó muchos problemas a la zaga isleña, que sólo la podía frenar con la pena máxima. El conjunto polaco pudo romper el encuentro cuando se adelantó 6-8 por mediación de Gerej en la primera mitad. La dupla arbitral sueca formada por las hermanas María y Sofía Bennani amonestó con amarilla a Paco Santana, que enfureció por una falta no pitada sobre Almudena.

El Rocasa, lejos de achantarse, mantuvo la sangre fría y reaccionó con un parcial 4-0, gracias al músculo colectivo de Almudena, Albaladejo y Luján, que pusieron el 9-8 en el marcador del Rita Hernández. "¡Sí-se-puede, sí-se-puede!", gritó la afición del Remudas. En la segunda mitad, el bloque polaco no se dio por vencido, aseguró bien sus anclajes y mosquetones, y empezó a trepar por la cuerda de nuevo, para no dejar escapar a las teldenses en la subida.

Pese a su lesión de cadera, la entrada de Davinia López fue una botella de oxígeno en la primera línea isleña para el tramo final. Con su rapidez y potencia de movimientos, la capitana abrió espacios en la muralla polaca, y puso por primera vez en el marcador la máxima diferencia (15-12).

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