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Deporte base Piragüismo

Palear, palear y volver a palear

El Club Amigos del Piragüismo camina hacia las tres décadas de vida con más de 100 deportistas en sus filas

"Esto es sencillo, las puertas están abiertas para todo el que quiera venir a probar. Llegas, lo tanteas, te gusta o no te gusta y sigues o no sigues. Lo importante, por encima de competiciones, copas o demás, es disfrutar ¡Y mira si disfrutan o no!". Esto es lo que cuenta Esteban Medina, nada más salir del agua, cuando ve como decenas de palistas se amontonan sobre la arena de Las Alcaravaneras. No es de los más veteranos que se dan cita por la playa capitalina para sacar sus embarcaciones a paseo, pero sí ha vivido el crecimiento del Club Amigos del Piragüismo casi desde el principio. "Estamos en nuestro mejor momento, sin duda", afirma.

Hoy la entidad grancanaria reúne a algo más de 100 deportistas de todas las edades en torno a las palas, sus piraguas y el salitre que se pega entre las instalaciones del Real Club Náutico de Las Palmas de Gran Canaria y el pantalán más próximo a la playa de Las Alcaravaneras. Ahí, todas las tardes de la semana, una tropa de palistas da color con sus kayaks a la bahía capitalina. Una institución que camina hacia las tres décadas de vida. Aunque fue fundado en 1989, un par de años antes empezaron a navegar juntos los miembros que después constituyeron el club. Ese espíritu de unión, formación y amistad, con las piraguas y el mar como nexo, se mantiene desde entonces. La palabra que inviste al nombre del club no puede ser más precisa: amigos.

"Somos amigos, sí. Todos los que estamos aquí llevamos toda la vida en esto, desde los seis, siete u ocho años paleando. Se siente como algo de uno. Por ejemplo, todos los entrenadores hemos sido o somos piragüistas del club. Enseñar lo que nos aleccionaron o formarnos mejor para seguir haciendo algo por el club y por este deporte, es muy importante para nosotros", sentencia Daniel Morales, presidente del Amigos del Piragüismo. Iniciado en el deporte en edad escolar, ahora es la cabeza más visible del equipo. Hoy cuenta con 27 años, pero hace casi dos que inició su mandato. La compañía que tiene al lado en el organigrama ha navegado con él antes en el mar durante años. Sara Martí, como vicepresidenta; Nacho Soler, secretario y entrenador; Jared García, tesorero; Ana María Ojeda, entrenadora, o Víctor Arroyo, técnico auxiliar, han vivido siempre pegados a la piragua.

El alma del club se mantiene, lleno de ese sentimiento de adherencia a una familia que disfruta con lo que hace. Sin embargo, el club ha ido abriendo su espectro a otras modalidades. Si antes mandaba el piragüismo en aguas tranquilas, el sprint o el kayak de mar, ahora lo hace el surfski. Una disciplina que se instaló en Europa hace poco más de una década, aunque su invención data de comienzos del siglo pasado. Aquí, el mar, el viento y las olas mandan.

El palmarés del club está repleto de títulos y medallas regionales. No obstante, los éxitos del Club Amigos del Piragüismo trascienden al ámbito nacional. Por ejemplo, el pasado año llegó a encumbrarse al primer puesto en el medallero por clubes del Campeonato de España de kayak de mar disputado en Cartagena, donde sacaron 13 preseas en diferentes categorías. Pero la entidad capitalina ha ampliado sus fronteras. Esteban Medina y Nacho Soler llegaron al Campeonato del Mundo de surfski celebrado en las aguas de Tahití el año pasado. En las olas del Pacífico, Soler alcanzó el top ten mundial -acabó noveno- de la categoría sub 23.

Para entender el salto de calidad del club en los últimos años hay que acudir a otras dos entidades. Por un lado, el Aula de Piragüismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Esta escuela ofrece decenas de actividades al año para acercarse a este deporte con actividades para universitarios y no universitarios de todas las edades. La próxima, el 23 de abril de 2016, con el IV Trofeo Rector de la ULPGC, una prueba popular por parejas que incluye todo el material necesario para lanzarse al agua. A su vez, la empresa Livingsea apoya al club con la cesión de las embarcaciones de surfski. Una colaboración esencial a la hora de dotar de material al club. "Estas embarcaciones son bastante caras [rondan los 1.500 euros]. Son fundamentales para que podamos crecer como club, pero imposibles de asumir para nuestra economía", resume Daniel Morales.

Ahora, la dirección del club se encuentra inmersa en la elaboración de un dosier que presentar a varias empresas para que patrocinen nuevos kayaks. Embarcaciones que salen a paseo todos los días por el mar de Gran Canaria para que los distintos grupos del club mejoren sus condiciones de entrenamiento en cada palada.

El club se divide en dos grupos para entrenar. En la primera tanda, los chicos de la escuela salen a palear en clases de iniciación y perfeccionamiento. En la segunda, llega el turno para los competidores. La filosofía del club no obliga a nadie a dar el salto a la competición. "Tenemos chicos que llevan años aquí y que no quieren competir. En ese caso, no pasa nada de nada" afirma Morales, cuyo club cuenta con cerca de 70 federados.

Las escuelas de verano o la que desde hace tres años retomó el Rcngc, han dado un repunte al piragüismo para que siga ganando adeptos a las palas. O más bien, a una familia de camaradas que cruza la bahía capitalina dominando los alisios y las mareas con un objetivo: perpetuar el piragüismo en la vida deportiva de Gran Canaria.

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