La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Herbalife Gran Canaria La contracrónica

La guerra del desgaste

El Herbalife consumió los recursos del CAI y explotó parte de los suyos a través de su rotación, muy superior en número y calidad

La guerra del desgaste

No es la primera vez que utiliza el Herbalife Gran Canaria esta estrategia. Se trata de agotar al rival, de hacer que pierda, jugada a jugada, la fe en ganar el partido. Es una guerra de desgaste. La cuestión es agotar los recursos del contrincante poco a poco para que los medios propios acaben por hacer claudicar al rival. Desabastecer al enemigo y dar con certeza cada vez que sacas tu artillería a paseo, clave para terminar por conquistar el territorio que se anhela.

Así, con esa táctica en uso, el equipo de García Reneses provocó que el CAI Zaragoza sacara la bandera blanca y firmase su rendición. En esta batalla de erosión, el tiempo, por norma general, camina en favor del que posee más recursos en su lado y, sobre todo, en el equipo que mejor maneje las emociones del choque. Quizá por esta razón, el Granca no pudo rematar la faena hasta el último cuarto del partido, cuando el equipo de Andreu Casadevall apenas poseía fuerzas, ni físicas ni mentales para competir por el partido. En parte, gracias al tremendo acierto del conjunto claretiano desde el 6,75, lugar desde donde cimentó la toma del Pabellón Príncipe Felipe.

Cada vez que el CAI intentó acercarse en el marcador al Granca, los amarillos respondían con crueldad, ésa que provoca que los ánimos del rival decaigan. Mediado el tercer cuarto, los aragoneses prepararon una nueva emboscada. Con una defensa más intensa y más cerca de la línea de pase, intentó complicar el partido para el Granca, que no lograba ver el aro con comodidad. Un par de tiros libres de Tomás Bellas ponían el empate en el marcador (53-53).

Para llegar hasta ese punto del partido, el CAI Zaragoza tuvo que aguantar mucho detrás de las trincheras. En ese momento del partido, el Granca sacó al parqué todo su arsenal. Porque si el equipo de Aíto pudo jugar con el marcador y el cronómetro para dominar el partido fue gracias a la muñeca de los suyos, al nivel de las mejores de la competición. Sasu Salin, Pablo Aguilar y Kevin Pangos resolvieron con su acierto el intento de rebelión del cuadro maño.

Porque ayer el Granca se mostró casi infalible desde el perímetro. En ese frente ganó el partido. Con 18 triples encestados en 34 intentos, su porcentaje de acierto superó el cincuenta por ciento cuando finalizó el partido. Hasta siete jugadores amarillos consiguieron anotar desde el perímetro. Kevin Pangos (2/3), Albert Oliver (4/8), Sasu Salin (4/5), DJ Seeley (2/2), Euliz Báez (1/3), Kyle Kuric (3/6) y Pablo Aguilar (2/4) dejaron sus muescas en las canastas del Pabellón Príncipe Felipe.

Todo en un día donde el juego interior del Granca flaqueó como nunca esta temporada. Alen Omic, perdido en la batalla que le planteó el tándem formado por Henk Norel y Viacheslav Kravtsov, acabó su faena sin anotar ni un solo punto. Taph Savané y Anzejs Pasecniks no consiguieron tampoco ver el aro en todo el partido. Ante esta adversidad y con ese punto de suerte cada vez que tiraban por fuera, el Herbalife castigó al CAI con sus francotiradores bien abiertos.

La nueva era

El de ayer fue el segundo día desde el regreso de Kyle Kuric después de superar un tumor cerebral en solo cinco meses. La llegada del exterior de Evansville deja al Herbalife Gran Canaria con una rotación enorme. Contar con trece hombres de la calidad que tiene el club claretiano en su plantilla es un arma casi inigualable. Desde la semana pasada y hasta el final de la campaña, Aíto García Reneses tendrá que hacer un descarte en cada partido, donde sólo pueden estar doce jugadores. Sin la Eurocup de por medio, el Herbalife sólo tiene 40 minutos cada siete días a repartir entre trece jugadores.

Ayer, el sacrificado por Aíto García Reneses fue Brad Newley. El alero australiano no está pasando por su temporada más regular desde que aterrizó en la Isla hace ya cuatro años. En el anterior partido al de Zaragoza, cuando el Granca recibió al Valencia Basket, el de Adelaida apenas jugó cinco minutos, relegado al banquillo ante la vuelta de Kuric y el buen estado de forma de Rabaseda. Ayer, uno de los actores principales en los mejores años de la historia del Herablife, ni siquiera se vistió de corto. Su lugar en el banquillo lo recogió Oriol Paulí, invisible desde hace semanas. Una demostración de que la advertencia que hacía pública Aíto García Reneses en sala de prensa hace una semana es de verdad: jugarán los que se lo merezcan.

Sin nadie con el puesto asegurado y con un nivel alto nivel de competencia interna, a García Reneses le queda delante una rotación larguísima en tamaño y calidad. Tanto que, incluso cuando su equipo no completa partidos redondos en cuanto al juego, la clase de sus hombres puede salvar el partido. Recursos que blindan a un equipo que camina hacia los Playoff con trece hombres crecidos.

Compartir el artículo

stats