El Club Baloncesto Gran Canaria, sin querer, se siente como el protagonista de un drama de William Shakespeare en el tercer acto. El interés del jeque Sulaiman Al Fahim, a través del Grupo Rumancan, por comprar el 80% de las acciones de la Sociedad Anónima Deportiva ha provocado que la entidad claretiana se enfrente a un dilema. El Cabildo, propietario del equipo no contempla la venta. Y otros actores, con cierto ascendiente en el entorno del conjunto amarillo, apuestan por explorar la ocasión para aligerar la carga económica que supone el Granca para la administración pública.
El club no se vende
Antonio Morales (Nueva Canarias), presidente del Cabildo, y Ángel Víctor Torres (PSOE), vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Deportes de la corporación insular, se hartaron ayer de repetir a todo el que les preguntaba por el asunto que "el Granca no está en venta". El titular del Instituto Insular de Deportes (IID), incluso, aprovechó la ocasión para aclarar -tras la entrevista concedida por Samuel Yebra (director general del Grupo Rumancan) a LA PROVINCIA/DLP- que "es cierto que a principio de año, en enero, mantuve una reunión a petición de ellos", pero sostiene que "en ningún momento yo le ofrecí la posibilidad de comprar el Granca". "Hablamos, durante unos veinte minutos, de varios proyectos y el club de baloncesto pasó de puntillas en la conversación, por eso no entiendo que ahora se diga que fui yo quien puso esa posibilidad sobre la mesa", subraya.
Torres ve "poco serio" que "en enero se reúnan conmigo y tres meses después con el presidente del Cabildo". "Si el interés es real y aspiran a hacer bien las cosas, lo lógico hubiera sido que se hubieran citado con ambos para tratar un tema de esta importancia", considera antes de recordar que "en diciembre, en la presentación del proyecto con Miguelo Betancor, ya anunciamos que el club no está en venta".
En esa línea también se muestra Fernando Bañolas, consejero de Coalición Canaria en el Cabildo que asegura que "en esas condiciones no apoyamos la venta del club", aunque abrió una ventana hacia la colaboración con el Grupo Rumancan. "Podemos razonar, oír propuestas de patrocinio, pero aceptaríamos el traspaso del capital".
Analizar la posibilidad
Frente al no rotundo del grupo de gobierno en el Cabildo -tesis que respalda Ylenia Pulido (Podemos), consejera insular y pieza de la directiva del Granca, "porque apoyamos lo que haga Ángel Víctor Torres en esta materia, ya que él tiene más datos y más conocimiento que nosotros"-, se sitúan figuras como Agustín Medina, que presidió la entidad claretiana entre abril de 2010 y septiembre de 2011, y Lucas Bravo de Laguna (PP), que ejerció como consejero de Deportes de la administración pública y fue vicepresidente del club entre 2011 y 2015.
"Me resulta difícil interpretar este cambio de rumbo", recalca Medina antes de detallar que "PSOE y Nueva Canarias, en mi caso, me marcaron una hoja de ruta muy clara que pasaba por la autosuficiencia del equipo. Por eso, ahora que surge esta posibilidad, no entiendo por qué no se sientan, al menos, a escuchar la propuesta de este grupo".
El expresidente del Granca señala que "cuando se ocupa ese cargo, uno admite que es un gestor deportivo, pero no puede olvidar sus responsabilidades como ciudadano".
Entiende el exdirigente que puedan existir dudas sobre el grupo inversor, pero apunta que "hay fórmulas para tener ciertas garantías en este tipo de negociaciones". "Se puede", añade, "garantizar por contrato que el equipo no se moverá jamás de la Isla".
Pocas veces han coincidido Lucas Bravo de Laguna y Agustín Medina en su manera de entender el Granca, pero en este escenario el discurso de ambos pasa por los mismos puntos. "Lo defendí cuando era consejero de Deportes y lo mantengo ahora: que una administración pública sea propietario de un equipo profesional es un error. Sí o sí", reitera.
El portavoz popular en materia de deportes repara en que "se lanza un mensaje contraproducente al decir que el club no está en venta, porque así será difícil que el Cabildo pueda dejar de ser propietario de una Sociedad Anónima Deportiva, algo que conlleva ciertos riesgos por ley". "No entiendo", prosigue Bravo de Laguna, "una negativa tan rotunda y que se descalifique a ese posible inversor públicamente. Hay fórmulas para negociar y garantizar que la operación sea beneficiosa para el Cabildo y el Granca. No se puede perder la oportunidad de crecer, no al menos sin sentarse a escuchar esa propuesta".
Un amor incondicional
El dilema, en este escenario, ataca con fuerza a Pepe Moriana, motor del CB Gran Canaria desde sus orígenes en el colegio Claret hasta su salto al ACB en 1985. "Cuando hablo de este equipo, lo hago desde el corazón", reconoce el expresidente antes de lamentar que "el deporte viaja a una velocidad tan cruel... Basta con ver el conflicto entre la FIBA y las selecciones. Me da miedo que pierda su esencia y el Granca es un equipo que me toca el sentimiento".
"¿Quiero que el club vaya a más?", se pregunta Moriana antes de contentar de manera rotunda: "Indiscutiblemente". "Pero eso se convertiría en algo como el Circo del Sol, algo muy espectacular, pero detrás de esta entidad hay una gran labor social. Basta con ver a los 900 niños que saltaron el domingo al parqué", narra antes de concluir "sinceramente, prefiero ir con un timple por los semáforos y pedir dinero para el Granca antes que vendérselo a un jeque".
Un proyecto de garantías
Frente a las dudas que surgen sobre el proyecto del Grupo Rumancan, Samuel Yebra aclara que "ofrecemos la garantía, total, de que el club permanecerá en la Isla de por vida", incluso "a sabiendas de que, en las actuales circunstancias, el Granca no es rentable, cosa que intentaremos revertir con inversión privada y potenciando la gestión en todos los sentidos. Estamos muy confiados de que se puede hacer un proyecto estable de mucho orgullo para Gran Canaria".
Sobre las voces que vetan el empeño del Grupo Rumancan por hacerse con el Granca con el apoyo económico de Sulaiman Al Fahim, Yebra recuerda que "soy un empresario canario que emigró con 17 años para regresar a Gran Canaria, sobre la que ha vendido sus bondades por todo el mundo, tras buscarse la vida". Además, destaca que "acata las decisiones del gobierno del Cabildo en esta materia ya que representan a todos los grancanarios" y enfatiza que "no tenemos ninguna intención de entrar en una confrontación política, todo lo contrario, queremos ayudar a que el baloncesto llegue a todos de manera clara".
