Tras el 9-14 con el que el Rocasa se marchó al descanso Osman Kalyoncu, entrenador del Kastamonu, reflexionó en los vestuarios y tomó una decisión arriesgada. Ordenó un marcaje individual a Almudena Rodríguez, la mejor de la primera parte con siete goles. La de Valsequillo, que estaba dando un festival, se quedó en un segundo plano esperando su momento para incorporarse a las acciones de ataque, pero su protagonismo se redujo y el ataque del Rocasa, unido al cansancio, quedó en jaque.
Los naipes del castillo se fueron derrumbando poco a poco. Se acabó la fluidez en la circulación de balón, los tiros fueron más forzados, la portera turca empezó a parar y las jugadoras rivales a correr parar superar a una excelente Silvia Navarro. Fue el momento más delicado para el Rocasa, que vio como su ventaja, que llegó a ser de seis goles (12-18, min. 37), se redujo hasta un amenazador 22-23 (min. 51) a pesar de los esfuerzos de María Luján y de Davinia López.
Pero entonces, con el pabellón ardiendo por la remontada, volvió a aparecer como una exhalación Almudena Rodríguez, que se deshizo de su defensora, llegó hasta la línea de seis metros y fusiló la red con su brazo izquierdo. El gol fue un espaldarazo de confianza para las teldenses. Almudena volvió a enseñar el camino y sus compañeras, con un excelente trabajo colectivo, recuperaron la ventaja que habían perdido.
Con otro golazo de Alba desde el extremo, más muescas de María Luján, siempre constante en sus aportaciones, la sorprendente aparición de la espigada Seyna Mbengue -de solo 17 años- con dos dianas, otro tanto de la dominicana Yaki en el pivote y más paradas de Silvia Navarro el Rocasa se marchó de nuevo en el marcador para concluir con un valiosísimo 25-29.
Un tramo para enmarcar
Esa espectacular recta final sirvió para hacer justicia a una primera parte que había sido de matrícula. El Rocasa se subió al brazo izquierdo de Almudena, que marcó siete goles y varios de ellos con el mismo patrón: circulación rápida de balón con María Luján al mando para encontrar un espacio y entonces cambio de ritmo brutal de la de Valsequillo, que sacaba el martillo con facilidad.
Jorge Dueñas, seleccionador español, tuvo que tomar nota: Almudena quiere un billete para Río de Janeiro. Su exhibición en la primera parte dio miedo al Kastamonu. Pero cuando las turcas quisieron atajarla surgió el poderío colectivo del Rocasa, que se volvió con medio título europeo.
