La Provincia - Diario de Las Palmas

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La Avenida Marítima, un 'jerviero' los días de apasionantes pegas

En la década de los sesenta y setenta, más de veinte barcos llegaron a competir - Con los 'sponsors' y la globalización, cambió la idiosincrasia de esta modalidad autóctona

Era una estampa digna de presenciar. Miles y miles de personas agolpadas en el litoral de Las Palmas de Gran Canaria, muchas con prismáticos en ristre, para seguir detenidamente el transcurrir de las regatas de vela latina canaria. Desde la Mar Fea, allí por la potabilizadora, hasta el Bollón de la Campana, un reguero de gente animaba al bote de sus amores.

Quién no recuerda las célebres dobles filas de coches aparcados en el carril de la derecha, causando estragos cada fin de semana en la entrada sur de la capital, sobre todo los días grandes de la competiciones.

Igual de célebres eran aquellas guerras con los guindillas que sacaban la libreta de multas para empapelar a diestro y siniestro para ver sí así los boteros se amilanaban. Pero ni por esas lo conseguían.

Después de mucho luchar, se consiguieron articular fórmulas para tener a los seguidores contentos. Hasta el día de hoy, que los aficionados cómodamente pueden seguir las pegas gratuitamente en guagua y con el beneplácito de la autoridad en sus propios vehículos, con un carril acotado exclusivamente para esa finalidad.

Pero ni por esas se consigue ver al gentío de antaño en la Avenida Marítima de la capital grancanaria, salvo a los incondicionales de toda la vida.

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