El poder ofensivo del Bayern Munich, el Allianz Arena y el partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones proponen hoy otra gesta al Atlético de Madrid, con la ventaja de un gol, con indudables cualidades para lograrla y con 90 minutos decisivos en el asalto a su tercera final del torneo.

Es el enésimo desafío para el grupo entrenado por Simeone, ganador en la ida por 1-0, con un golazo de Saúl Ñíguez, y que ya ha demostrado una y otra vez su capacidad para superar cualquier reto, por muy grande que sea.

Ahora tiene ante sí otro reto histórico, la posibilidad de completar la revancha contra el conjunto alemán de la final de la Copa de Europa de 1974, desde su estilo de intensidad, firmeza, contragolpe y presión; unas señas de identidad por las que pasará su planteamiento frente a su rival, sus variantes y sus estrellas.

Simeone ha desplazado a toda su plantilla a Múnich, incluido el portugués Tiago Mendes, la única baja del equipo para el choque, en el que recupera a su líder defensivo, el uruguayo Diego Godín, y a uno de sus futbolistas diferentes por desborde, velocidad y regate, el belga Yannick Carrasco. Los dos ya tienen el alta médica.

Después de las rotaciones masivas del sábado frente al Rayo, su cuarto triunfo consecutivo por 1-0, el técnico retomará su once tipo para la cita del martes, con la vuelta de Godín al centro de la zaga, junto al montenegrino Stefan Savic o a su compatriota José María Giménez, y con el resto de jugadores que vencieron en la ida.

Enfrente, el Bayern llega al partido al borde de sentenciar el título de la Bundesliga -en principio un punto más será suficiente debido a la ventaja en la diferencia de goles- pero con dudas con respecto al juego mostrado en las últimas semanas y con el peso de tener que remontar la semifinal.

Guardiola ya dispone del central Jerome Boateng, que ha regresado al equipo -jugó 68 minutos en el empate del sábado ante el Borussia Mönchengladbach- y hay quienes lo ven de titular. Arjen Robben volverá a ser baja -arrastra problemas de abductores-, mientras que Franck Ribery es duda por problemas de espalda. Los problemas de Ribery hacen pensar que, si llega a tiempo para hoy, empezará el partido en el banquillo. Con respecto a la alineación del partido de ida, al margen de lo que ocurra con Ribery, el cambio más probable es la inclusión de Thomas Müller en el once inicial. El sacrificado probablemente será el francés Kingsley Coman.

El duelo llega en pleno debate futbolístico sobre la rebelión que el fútbol que propone Simeone, al que muchos llaman cholismo, supone contra el paradigma del tiqui-taca que representa Guardiola.

"¿Cholismo o guardiolismo? No me detengo un segundo a analizarlo", asegura Simeone. "Me preparo para ganar, no para gustar a nadie, sólo para trabajar para el equipo del que soy empleado. Soy empleado del Atlético de Madrid y me preparo para ganar con él".

Simeone se mostró "respetuoso" con las declaraciones del exjugador del FC Barcelona Xavi Hernández, que señaló a Bein Sports que un equipo grande no puede jugar como el Atlético. "Todos tenemos razón, hay distintas formas de interpretar este juego. Desde que empecé me he dedicado a potenciar a los futbolistas que tengo y no a defender una idea puntual, una forma de jugar. El día que tenga una selección podré hacerlo de otra forma, pero ahora me dedico a potenciar a los futbolistas, no a poner por delante nuestra idea", recalcó y sentenció el técnico rojiblanco.