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Balonmano Copa EHF Challenge (la contracrónica)

La promesa cumplida de Silvia

En su presentación dijo que venía para ganar títulos y ya lleva dos en sus tres temporadas

Silvia Navarro -derecha- participa en la celebración del equipo de la mano de Tiddara -izquierda-. QUIQUE CURBELO

Hace tres temporadas el Rocasa Gran Canaria estaba consolidado en la élite del balonmano nacional, pero quería dar un paso más. Y entonces llegó ella, llegó Silvia Navarro, un fichaje para marcar la diferencia. En su presentación dijo que aterrizaba para ganar títulos en un club que todavía no había ganado ninguno. Y en estos tres cursos el club teldense ha dado un salto tremendo. Con Silvia Navarro bajo palos el Rocasa ha pasado de ser un habitual en las rondas finales de los torneos a ganarlos.

En el primer año de la internacional el Rocasa fue subcampeón de la Supercopa, de la Copa de la Reina y de la Liga. Faltó solo un poco. A la temporada siguiente, la 2014-15, el Rocasa se volvió a quedar a las puertas de la Supercopa y de la Liga, pero levantó la Copa de la Reina, el mayor hito en su historia. Y en este curso ha vuelto a dar un paso más. Se quedó de nuevo subcampeón de la Supercopa, acusó el cansancio en la Copa de la Reina, donde cayeron en cuartos de final, pero han superado la mayor hazaña en la historia de la entidad: conquistar la Copa EHF Challenge. Nada más y nada menos que un título europeo. Silvia Navarro tenía razón.

La portera, un baluarte en los últimos logros de la selección española, también lo ha sido en los del Rocasa. Su experiencia ha dado un salto de calidad inmenso a la portería del conjunto teldense y en esta final, territorio inexplorado para el club, lo volvió a demostrar.

Ya en el partido de ida desesperó al conjunto turco, que tardó cinco minutos en marcar su primer gol. Esa exhibición inicial permitió al Rocasa ir por delante durante toda la eliminatoria. Y cuando más apretaron, llegando a ponerse a un gol tras acortar la ventaja que habían adquirido las grancanarias, volvió a aparecer.

Ayer el guión del partido fue similar. Aunque el Kastamonu marcó en su primer ataque, esa fue la única ventaja de la que gozaron durante todo el choque. Le costaba tanto a las turcas marcar un gol que se enfocaban en buscar penetraciones para meterse en el área de lleno y desde ahí fusilar a la valenciana. Esa impresionante actuación individual condicionó tanto a las turcas que hizo el trabajo más fácil a la defensa grancanaria, también imponente.

Al Rocasa le había costado entrar en el partido porque las turcas endurecieron la defensa -de hecho se cargaron de amonestaciones muy pronto- y el primer gol local llegó a los cuatro minutos. Ocurre que el Kastamonu solo había marcado el tanto de su primer ataque, por lo que la renta de cuatro goles que había traído el Rocasa de Estambul no peligró en ningún momento, ni siquiera cuando había atasco ofensivo. Ahí estuvo siempre Silvia Navarro para evitarlo.

Su influencia es tan grande que también se hizo notar en ataque. Siempre alerta, tras cada parada o después de cada recuperación del equipo que llegaba a su área lo primero que hacía era levantar la mirada en busca de un contragolpe. Y ayer varios de los goles del Rocasa llegaron gracias a sus magníficos pases largos. Melania Falcón, Tiddara Trojaola, Alba Albaladejo y Almudena Rodríguez estaban siempre alertas para correr y ofrecerse. Goles por la vía rápida.

Clave en el parcial decisivo

La primera asistencia se produjo en el minuto 12 para que Tiddara hiciera el 4-3, y dos minutos después repitió con Alba Albaladejo. Poco después las exclusiones para las turcas y las buenas defensas hicieron que el Rocasa se despegara en el marcador. Y en esos instantes Silvia tuvo de nuevo momentos de mucha lucidez, tanto parando como lanzando más contragolpes. Un parcial de 5-1 en superioridad numérica llevó el marcador a un fantástico 11-6 y obligó al técnico rival a pedir tiempo muerto. María Luján, Melania y Alba se atiborraban descifrando la defensa del Kastamonu y Silvia siempre estuvo ahí para frenar cualquier intento de remontada.

En el tramo final de la primera parte volvió a intervenir en varias ocasiones, lo que permitió una renta de 16-11 al descanso. Las turcas, como en la ida, se acercaron en el marcador y llegaron a ponerse a dos tantos (23-21, min. 43). Si entonces había sido peligroso una defensa individual sobre Almudena, ayer ampliaron esa táctica a María Luján. Durante unos minutos el Rocasa no encontraba la manera de batir al Kastamonu, pero las paradas de Silvia evitaron males mayores. Ante tanta dificultad para combatir los ataques estáticos, la velocidad de la portera a la hora de lanzar contragolpes permitió al Rocasa quitarse de encima la incomodidad táctica. La determinación de Melania y el acierto de Luján desde los siete metros también resultó fundamental para llegar al tramo final con calma.

La coronación de su partido llegó a cinco minutos para el final, cuando realizó un pase espectacular y muy ajustado para que Tiddara, con dos rivales corriendo tras ella, pusiera la guinda del 31-26. Una acción espectacular para que vibrara el Rita Hernández.

Con todo, Silvia Navarro demostró la importancia de una portera en el balonmano. En un lugar clave de la cancha, una buena guardameta tiene la capacidad de dar títulos. Es lo que hizo ella ayer, en el partido de ida y en estas tres temporadas. En 35 años de historia antes de su llegada al Rocasa le faltaba la guinda de los títulos. Ahora, con Silvia ya ha levantado dos.

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