Un Rocasa con el corazón de hierro. Tras el triunfo de la EHF Challenger Cup volvía el conjunto de Paco Santana a la competición doméstica y a su pulso con el Bera Bera por el título. Pero ayer tuvo enfrente a un Alcobendas muy peleón y que vendió muy cara la derrota: 27-28.

María González hizo el primer tanto de la tarde, replicado rápidamente por Silvia Ausás. Les costó a ambos equipos ver puerta, para luego sucederse las igualadas en el marcador. Tras marcharse las madrileñas en el luminoso (5-2) le tocó a las teldenses apretar en defensa. La portera Ciobanu dio alas a las anfitrionas, que se mantuvieron por delante en el marcador con el paso de los minutos, ante un rival al que le faltaba rapidez y precisión.

Un gol de Yacaira Tejeda ponía por delante a las grancanarias (9-10) y luego Félix García, preparador local, pedía tiempo muerto (9-11), intentando frenar la reacción insular. Las peninsulares lograron que el marcador se apretase, repitiéndose los empates en el tanteador. El partido se acercaba al descanso sin dueño. Una lucha de titanes.

La pizarra mágica

Paco Santana pidió tiempo muerto a falta de siete segundos para el intermedio buscando aprovechar el último ataque del primer tiempo, pero una mala decisión de las teldenses dejó el marcador: 15-14.

El inicio de la segunda parte, tan propicio otras tardes, este miércoles resultó todo lo contrario y un parcial de 4-1 provocó un nuevo tiempo muerto de Santana, preocupado sin duda por lo que estaba viendo y ante la ausencia de reacción de las suyas. Minutos más tarde un gol de Melania Falcón volvía a poner a las grancanarias por delante en el tanteador (20-21).

El choque fue una auténtica montaña rusa, no había término medio y Boada devolvía las tablas (23-23) a 12 minutos para la conclusión. Las visitantes se toparon con una defensa local cada vez más contundente, con el público presionando más y más a los colegiados. A cinco minutos para el desenlace nuevo tiempo muerto de las madrileñas (25-26), que se veían optando al triunfo. María Luján soltó el brazo para poner el 25-28 y dar aire a las suyas, culminando un 0-3 de parcial. Luego el Rocasa intentó hacer valer su corta ventaja (27-28) en los últimos segundos, pero se le señaló un pasivo que dio al Alcobendas la opción de un último ataque, que sin embargo no cambió la suerte del duelo. Alivio amarillo.

Orgullo Las Remudas. El Rocasa salvó una situación de riesgo. Siguen aferradas a su fortuna de sudor y lágrimas. El credo de una generación que busca su Liga.