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Natación

El Ciudad Alta se queda sin aire

El club capitalino busca a la desesperada 28.000 euros para seguir con su labor social

El Ciudad Alta se queda sin aire

La natación está a un paso de perder a uno de sus clubes históricos. El Ciudad Alta arrastra una deuda de 180.000 euros originada en su mayor parte tras perder la gestión de la piscina del Centro Insular de Deportes, propiedad del Cabildo. Pero el club del barrio de Schamann, fundado en 1969 y con 500 nadadores federados, necesita 28.000 euros para detener el procedimiento abierto por la Seguridad Social, y se encuentra con las puertas cerradas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pese que tendría que hacer frente de cualquier forma al pago como responsable subsidiario al ser propietario de la piscina. El equipo carece de subvenciones desde hace 12 años, y realiza una amplia labor social en este barrio popular.

"Ya no podemos más". La directiva está a punto de arrojar la toalla, tras agotar las esperanzas de poder encontrar ayuda económica para salvar a uno de los últimos clubes en instalaciones públicas de la capital grancanaria, pese a los esfuerzos para reflotarlo. Con el Ciudad Alta se iría buena parte de la natación grancanaria, con numerosos títulos regionales y nacionales durante sus 47 años de historia, y un amplio semillero de promesas.

El origen del problema hay que buscarlo en una etapa anterior, cuando el equipo perdió en 2007 el concurso para la explotación del Centro Insular de la Avenida Marítima. La ley que regía en aquel momento le obligó a hacer frente a la indemnización de los 20 trabajadores. De la noche a la mañana, el equipo se encontraba con una deuda de 135.177,87 euros con la Tesorería de la Seguridad Social. A pesar de todo, fue realizando sucesivas aportaciones con sus propios recursos, que le permitieron rebajar la cuantía hasta los 95.784 euros en febrero de 2014.

Pero llegó la crisis, y con ello la marcha de numerosos usuarios. Los actuales responsables calculan que en apenas año y medio perdieron al 45% de los usuarios. No hay que olvidar, según sus actuales responsables, que la piscina se encuentra en un barrio obrero, donde la actividad de la piscina supone una alternativa para muchos niños y familias sin grandes recursos económicos. Y, como puntilla, sufrió una grave avería en 2014, que tuvo que costear con sus propios recursos y devolver el 80% de las cuotas de dos meses.

La disponibilidad de hacer frente a la deuda de la Seguridad Social desapareció, y con ello comenzó el peregrinaje de acudir a los despachos oficiales parar encontrar una salida. Tras las negociaciones, la Tesorería fue flexible, y diseñó un plan para saldar la deuda, exigiéndole para ello una aportación de 28.000 euros que frenaba el proceso.

El club de natación se ha reunido con distintos responsables municipales para reunir esa suma. Sin embargo, pese a encontrar en ocasiones buenas palabras, todavía siguen sin recibir una respuesta válida. Lo curioso del caso es que sería el propio Ayuntamiento quien tendría que hacer frente al pago de la deuda, según la directiva, como responsable subsidiario. La deuda se ha elevado ahora hasta los 180.000 euros, por los intereses de demora.

Privatización

En estas circunstancias, el club también ha tenido que hacer frente a un duro plan de ajuste, porque siguen confiando en sus posibilidades de futuro con un pequeño empujón. De 16 trabajadores en 2014 se han quedado en seis, para poder seguir prestando el servicio, además de sufrir rebajas salariales. "Gracias a ellos que nos han echado una mano hemos podido seguir", aseguran. En estos momentos el club cuenta con 700 socios, de los cuales 500 son nadadores federados, desde la escuela municipal hasta la categoría máster, y el resto son usuarios.

Pero, además, cumplen con una labor social, ya que muchos de ellos no pagan sus mensualidades por su situación económica familiar. Precisamente, el plan de viabilidad contempla como un ingreso extra el prometido bono social para 170 personas con pocos recursos anunciado por los socios de gobierno en el Ayuntamiento, que entraría en vigor este año. Sería también una forma de compensar "años de colaboración sin percibir ninguna cantidad económica".

Por otro lado, el club podría recuperar las subvenciones que dejó de percibir en 2004, tanto de las arcas municipales, como del Cabildo de Gran Canaria para las fichas federativas, y del Gobierno de Canarias para sufragar los viajes.

La desaparición del Ciudad Alta, recuerdan, supondría años de cierre de la piscina, y su posible gestión privada, quedando en el aire que siga un club de natación.

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