Amén del ya conocido conflicto que ha generado la exclusión de los Juegos de la tripulación grancanaria de la clase 470 conformada por Onán Barreiros y Juan Curbelo, quienes se encuentran a la espera de la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), un organismo internacional, también han existido controversias en distintas clases. Los diferentes criterios de la Federación Española de Vela para resolver estos casos levantan suspicacias. Los tribunales, ordinarios y deportivos, han sido la vía elegida por los deportistas afectados para defender su sueño olímpico.
En el caso de los regatistas del Real Club Náutico de Gran Canaria, esperan que el TAS, si se declara competente para actuar en este litigio, apruebe una medida cautelar para que no se pueda inscribir a ninguna tripulación de 470 para Río hasta que dicte un fallo.
En tres o cuatro semanas puede haber noticias, aunque la decisión podría retrasarse hasta el día en que la Española tenga que dar el listado definitivo de los navegantes que la representarán en Brasil, el próximo 18 de julio.
En la clase 49er también ha existido conflicto de intereses, aunque se trata de un caso distinto al de Onán Barreiros y Juan Curbelo. El comité de selección aceptó parcialmente el recurso presentado por el santanderino Diego Botín y el coruñés Iago López Marra al respecto de la elección de los hermanos asturianos Federico y Arturo Alonso para acudir a la cita olímpica, al considerarse que los primeros no cumplían los requisitos de excelencia deportiva.
Se abrió entonces un nuevo proceso para elegir al representante español en Brasil, pero sólo participarían las tripulaciones antes referidas. De la regata de Medemblik (Holanda), que se disputará la próxima semana, saldrá el elegido. Sólo en caso de no celebrarse la prueba, se utilizará como regata clasificatoria para la selección olímpica la de Weymouth (Reino Unido), del 6 al 12 de junio.
A partir de esa decisión federativa entraron en escena Carlos y Antón Paz, que defendían su derecho para participar en esta nueva selección. Consideraban que se lo habían ganado después de que, en el año 2014, lograron la plaza de España para los Juegos Olímpicos durante el Campeonato del Mundo disputado en Santander tras finalizar en el décimo puesto, muy por delante de las otras dos tripulaciones aspirantes.
Esto llevó a los gallegos a acudir a la justicia ordinaria, después de que la Federación Española desoyera sus peticiones. Los deportistas, en esta demanda civil, solicitaban medidas cautelares que les permitan navegar en la próxima regata de Medemblick.
En este caso no ha hecho falta esperar por la decisión de la justicia. Julia Casanueva, presidenta de la Federación, se comprometió con los regatistas a convocar una asamblea extraordinaria para tratar el caso. Eso fue precisamente lo que sucedió y finalmente los gallegos podrán competir por obtener la plaza en juego para los 49er.
Nacra 17
Otra clase en la que ha existido polémica en el proceso de selección para Río 2016 es la Nacra 17, con la lucha entre la tripulación formada por Iker Martínez y Julia Rita y la integrada por Fernando Echávarri y la grancanaria Tara Pacheco. La última resultó elegida para acudir a los Juegos, lo que trajo consigo un recurso de sus rivales.
El tema arranca en el Mundial celebrado en Miami, primera cita clasificatoria prevista. Martínez y Rita, después de sufrir una embestida por parte de otra embarcación que produjo la grave lesión de Iker, tuvieron que retirarse. Echávarri y Pacheco finalizaron en la decimotercera posición.
Martínez pidió entonces a la Federación que propusiera una nueva prueba de clasificación, pero fue rechazada esa opción. El regatista vasco no se recuperó a tiempo para la siguiente regata, el Trofeo Princesa Sofía, donde sus rivales acabaron en la cuarta plaza.
Ante esta decisión federativa, Martínez y Rita decidieron no participar en la tercera competición clasificatoria, la Copa del Mundo en Hyeres (Francia), lo que dejó el camino expedito al dúo conformado por Fernando Echávarri y la grancanaria Tara Pacheco, que lograron la plaza para Río.
Estos casos son un claro ejemplo de las suspicacias que ha levantado el proceso de selección de la Federación Española para la cita olímpica a la que la vela nacional ya llega marcada por la polémica.
