El Barcelona ha cerrado la temporada como la arrancó, ganando un título (la Copa del Rey) que le sirve para presentarse a la recogida de notas con cuatro trofeos (además de la Liga, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes), pero sobre todo con el doblete que tanto anhelaba (Liga y Copa).

La excelencia barcelonista consigue dar continuidad a la temporada anterior, en la que el equipo con el que se estrenaba Luis Enrique Martínez obtuvo un triplete (Liga, Copa y Liga de Campeones), igualando en el número de éxitos el arranque que en su día firmó Josep Guardiola en 2009.

Esta vez el Barcelona se había marcado un hito aún no logrado por ningún equipo, como era repetir en la Liga de Campeones, pero fue apeado en cuartos de final por el Atlético de Madrid.

A pesar de no haber logrado lo que aún ningún equipo ha hecho en la Liga de Campeones, el Barcelona recoge un botín de elevado valor y cuantía, especialmente porque en él se encuentra uno de los más valiosos, como es la Liga, el torneo de la regularidad.

Después de finalizar el curso 2015 como uno de los mejores de la historia, y aún en medio de la sanción que le impuso la FIFA el Barcelona debió acudir con lo puesto a dos torneos oficiales, como fueron la Supercopa de Europa y de España. En el primero, salvó en la prórroga el título contra el Sevilla (5-4), pero la falta de rodaje y el cansancio fueron suficiente motivo para ver un Barça poco competitivo frente al Athletic.

En la Liga, un 1-2 en la tercera jornada en el campo del Atlético de Madrid ya le situó en el liderato, que perdió a los pocos partidos tras un resultado abultado en el campo del Celta (4-1) y cuya preocupante situación corroboró en Sevilla con otro tropiezo frente al equipo de Unai Emery (2-1). Aquel tropiezo en el Pizjuán llegó en el primer partido que Messi cumplía enteramente por lesión, que se había ocasionado una semana atrás en el Camp Nou contra Las Palmas.

El Barça repescó nuevamente el liderato en la undécima jornada, en la visita del Villarreal (3-0), y lo afianzó en la siguiente jornada en el campo del Real Madrid, donde los barcelonistas cuajaron uno de sus grandes partidos de la temporada, con un 0-4, justo el día en que en la segunda parte aparecía el ya recuperado Lionel Messi.

Una racha descomunal

El Barcelona iniciaba un largo viaje de 39 partidos sin perder en todas las competiciones mientras en la Liga de Campeones acababa primero de grupo. Puso la guinda a un 2015 exitoso para los azulgrana a finales de diciembre el Mundial de Clubes en Japón tras batir al Guangzhou Evergrande chino y al argentino River Plate.

Su paso firme en todas las competiciones le llevó a estar invicto durante 39 partidos hasta el clásico en el Camp Nou, donde con el 1-0 el Barça estaba dejando momentáneamente al Madrid a 12 puntos en la Liga, pero el partido acabó 1-2.

Aquella derrota iba a marcar un abril en el que el equipo de Luis Enrique, quien presumía de que su equipo estaba físicamente mucho mejor que la temporada pasada, caería eliminado de la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid y una serie de tropiezos en la Liga de dejaron con la mínima ventaja respecto a sus perseguidores: con el Atlético, igualado a puntos, y con el Real Madrid, un solo punto.

Pero el Barcelona resistió cuando peor lo tenía, como ocurrió en la final de Copa del Rey, y despide otro año brillante.