Era una circulación más de balón, de las miles que han hecho entre ellas a lo largo de su carrera. De lado a lado, con la victoria en el bolsillo dejando pasar los segundos. Un movimiento constante, casi automático. De Alba Albaladejo, a Almudena Rodríguez; de Rodríguez a María Luján; de Luján a Davinia López y de López a Arabia Peña. Parecía una más, pero no lo era.
Porque ahí, cuando el balón llegó al extremo izquierdo y el marcador marcaba el minuto 26. 03 de la segunda parte, el mundo para ellas dos se paró. Davinia López y Alba Albaladejo, después de toda una vida en el Rocasa, pisaban por última vez la pista del Antonio Moreno como jugadoras. El reloj se detuvo y jugadoras -tanto compañeras como rivales- y espectadores se levantaron para rendir el último tributo a dos insignias del conjunto teldense.
Con el Bera Bera resolviendo su trámite frente al Alcobendas, el título de la División de Honor volaba otra vez más a San Sebastián. Las grancanaria necesitaban ganar y que las vascas no ganaran al Helvetia. Lo primero, se cumplió; lo segundo, no.
Pero el título que ayer saboreó el Rocasa fue el de haber contado durante tantas temporadas con dos jugadoras de la talla de López y Albaladejo. La lateral derecha, deja el balonmano en activo con 34 años en busca de formar una familia tras varios amagos previos de retirada. Leyenda del Rocasa, también fue internacional con la selección española absoluta -20 veces- y juvenil -en 30 ocasiones-. Las lágrimas de Davinia no pudieron reprimirse cuando se marchaba al banquillo.
Albaladejo también sabe lo que se siente al defender la camiseta de España. Nadie tiene más internacionalidades que ella en la categoría júnior -57-. Con 27 años, lo deja por motivos laborales. Enfermera de profesión, le resulta inviable compatibilizar ambas cosas. De la generación del 88, compartió quinta con las hermanas Luján o la internacional María Núñez. "No es justo para mí ni para el equipo que estuviera a medias. Sabía que compaginarlo con mi vida laboral es imposible. Está meditado", explica Albaladejo. Una decisión con la que espera dar "visibilidad" a una realidad en el balonmano femenino. "Me hubiera gustado retirarme dedicándome exclusivamente a esto y ver hasta dónde podía ser capaz de llegar si solo me hubiera dedicado a eso", añade.
La otra gran despedida del día llegó en el banquillo donde el tándem que forman Paco Santana y Carlos Herrera -con un par de títulos- también lo deja. "Los triunfos son un trabajo de todos, del bloque, de poder mantenerlo en estos años", añade Santana. Sin cerrar puertas, el preparador buscará "renovarse" durante este parón. "No descaro volver algún día, pero ahora hay otras prioridades", sentenció. Carmen Toscano, camino de Brasil el próximo curso para seguir con sus estudios de Educación Física, también colgará la camiseta del Rocasa al menos durante un año.
