Suecia, con goles de Forsberg, Lustig y Guidetti, se deshizo sin problemas de una disminuida y gris Gales (3-0), en la que Gareth Bale sólo jugó la última media hora. Era la última prueba de ambas selecciones antes de la Eurocopa. El modesto conjunto británico, por primera vez en un gran torneo desde 1958, firmó un partido discreto, lastrado por las ausencias por problemas físicos de tres titulares y por la decisión del seleccionador de reservar al jugador del Real Madrid para el final.