Al cuarto intento Novak Djokovic logró cerrar el círculo. Tras perder las finales de 2012 y 2014 ante el español Rafa Nadal y la del pasado año frente al suizo Stan Wawrinka, el serbio remontaba ayer al británico Andy Murray 3-6, 6-1, 6-2 y 6-4 para lograr su primera corona en Roland Garros y convertirse en el octavo tenista de todos los tiempos en ganar los cuatro torneos del Grand Slam (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Open USA).

Djokovic, de 29 años, suma su duodécimo triunfo en un grande, con lo que iguala con el australiano Roy Emerson, y se queda a dos de Nadal y del estadounidense Pete Sampras, y a cinco del récord del suizo Roger Federer. Además, tras haber ganado este año en Melbourne y París, tiene ante sí la posibilidad de ganar los cuatro en la misma temporada, algo que no sucede desde que Rod Laver lo hiciera en 1969.

"Es un momento muy especial, puede que el más grande de mi carrera", dijo tras su triunfo el de Belgrado, que ha necesitado de disputar doce torneos en París para poder besar la Copa de los Mosqueteros. Una espera que le han convertido en el tenista que ha acabado ganando en Roland Garros tras haber acumulado más participaciones.

Se quitó así el serbio una espina que empezaba a convertirse en una obsesión, que rondó por su mente cuando Murray, que jugaba su primera final en París en busca de su tercer grande, se adjudicó la primera manga a pesar de que Djokovic comenzó rompiéndole el saque. Pero el juego del serbio se asienta sobre una voluntad de hierro y su reacción fue espectacular, ganando 6-1 y 6-2 las dos siguientes mangas. Y sólo el vértigo del triunfo le impidió cerrar con su saque el partido con 5-2. Murray alargó la final pero acabó rendido a Nole.