El FC Barcelona, la Fiscalía y la Abogacía del Estado han llegado a un principio de acuerdo por el que la entidad azulgrana admite dos delitos contra la Hacienda Pública en el fichaje del delantero brasileño Neymar y acepta pagar una multa de 5,5 millones de euros. La directiva del conjunto azulgrana debe ratificar este acuerdo en la reunión ordinaria del lunes.

El principio de acuerdo, según fuentes judiciales, incluye el archivo de la causa para el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y el expresidente Sandro Rosell, para quienes el fiscal había pedido dos años y tres meses de prisión y siete años y seis mese, por diferentes delitos fiscales.

La entidad azulgrana admite haber cometido un delito fiscal en 2011, cuando pagó a N&N, la empresa de los Neymar, 10 millones de euros para hacerse con los derechos del jugador en 2014, y otro en 2013, cuando pagó a la misma sociedad otros 40 millones en concepto de penalización por fichar al futbolista un año antes de lo previsto. En esos dos contratos, el Barça defraudó 9,3 millones de euros según la Agencia Tributaria, que considera que ambos pagos debían haber sido declarados como salario del jugador y no como prestación de servicios de persona jurídica.

A esos 9,3 millones hay que sumarle los 5,5 millones de multa. En total 14,8 millones, de los que el club ya pagó 13,5 millones, en una declaración complementaria que presentó nada más conocer su condición de imputado.

El acuerdo con el que se busca una sentencia de conformidad es muy bueno para el Barça, para el que el ministerio público reclamaba una multa de 22,2 millones.

Además, como responsabilidad civil, el fiscal solicitaba 9,55 millones para Rosell y el club solidariamente y 1,9 para Bartomeu y la entidad conjuntamente.

Entre multas e indemnizaciones, los dirigentes y el club se enfrentaban a tener que abonar 62,6 millones, por lo que el Barça hubiera tenido que provisionar más de 90 millones de euros en concepto de fianza antes del juicio.