Con el nuevo formato de la Eurocopa, que permite la clasificación para octavos de final de tres de las cuatro selecciones de cada grupo, el primer partido ya no tiene la trascendencia de otras veces. Hay margen para la rectificación, aunque en el caso de la selección española el estreno frente a la República Checa tiene una connotación especial. Porque los de Del Bosque defienden el trono que ocupan desde 2008 y en los últimos días la concentración española se ha visto sacudida por la onda expansiva del escándalo que afecta a De Gea. El técnico y los jugadores han intentado dar imagen de normalidad, pero todo depende de lo que ocurra hoy, empezando por la tablilla de las alineaciones. Hace unos días parecía consumado el relevo en la portería española, pero Del Bosque ha decidido mantener la incertidumbre hasta el final. Los otros deiz parecen decididos.

Sergio Ramos e Iniesta estarán seguro en el once inicial de España. Su elección ayer para comparecer en rueda de prensa es la evidencia de que llega lo serio. Y da una pista sobre las intenciones de Del Bosque para la portería. La federación buscó dos pesos pesados para sostener el discurso oficial y niguno de ellos fue Casillas, el primer capitán. Ramos se remitió a las declaraciones del guardameta y que el ambiente en la selección es tan bueno como siempre. "No creo que la polémica haya servido para unirnos más porque siempre he presumido del buen ambiente en la selección", dijo. "Ahora el grupo tiene que apoyar al jugador que pasa por esa situación extradeportiva", añadió el defensa del Real Madrid.

Mientras que Sergio Ramos representa, junto a Piqué, la solidez de una selección que no ha recibido ningún gol en los últimos ocho partidos oficiales, Andrés Iniesta toma el relevo de Xavi Hernández como el abanderado del estilo de España. Con jugadores como Cesc, Thiago, Silva o Nolito, la selección seguirá viviendo del balón. "Es genial cómo mueve la pelota España, todo el mundo debería aprender", destacó ayer el seleccionador checo, Paver Vrba, rendido al juego de los bicampeones de Europa.

A la espera de conocer la alineación, todo indica que Del Bosque arrancará el campeonato con un 4-3-3, con Cesc e Iniesta como interiores, flanqueando a Busquets, como único pivote. A diferencia de la Eurocopa de hace cuatro años, cuando ejerció en muchos momentos de falso 9, Cesc podrá moverse por su posición, como un centrocampista con condiciones para construir y llegar al área contraria. Porque, tras mucho buscar, Del Bosque ha encontrado a su delantero de referencia, Morata.

Desde el lado checo también observan las diferencias entre esta España y la de los últimos éxitos. Lo expresó su capitán, Rosicky: "Aunque España ha cambiado un poco, para mí son los favoritos para este torneo. Es un lujo ver a jugadores del tipo Iniesta, Cesc o Silva cuando tienen el balón". Rosicky es el principal arma de la República Checa para complicarle la vida a España, aunque el centrocampista del Arsenal llega a la Eurocopa tras una temporada marcada por las lesiones.

En cualquier caso, esta República Checa parece muy lejos de la selección que alcanzó las semifinales en 2004. Aquel equipo liderado por Nedved y Poborsky cayó eliminado por Gracia, que acabaría logrando el título. Además de Rosicky, de aquella generación permanecen otros dos jugadores, el guardameta Petr Cech y el centrocampista Plasil. Poco, en cualquier caso, para poner en dificultades a España, que confía en el gran momento de forma de Iniesta. Un triunfo hoy abriría la puerta a una fase de grupos tranquila, aunque el 6 de La Roja advierte: "De nada serviría ganar el primero y fallar en los otros dos".