El Villa de Santa Brígida dijo adiós a sus aspiraciones de alcanzar la Segunda División B tras caer en la segunda eliminatoria de la fase de ascenso por 3-2 frente al Elche Ilicitano. Los satauteños, que perdieron en la ida por 3-0, a punto estuvieron de hacer la machada en la vuelta. El conjunto grancanario, en los últimos minutos, casi logra forzar la prórroga, pero el colegiado del encuentro anuló el tanto que hubiese llevado el choque al tiempo extra.
En una fase final de partido de infarto, los locales, que hasta ese momento habían pasado con más pena que gloria por el envite, hicieron el 1-0 en el minuto 85, por mediación de Pablo Álvarez. El 2-0 lo consiguió Álex en el 91. El propio jugador, casi en la última jugada, ponía el 3-0 y la euforia se desataba en el campo de Los Olivos.
Pero la gloria resultó efímera, pues el árbitro, a instancias de uno de sus auxiliares, no daba por bueno el gol y se pasaba en un plis plas de tocar el cielo al infierno. La alegría se transformaba en rabia y desilusión, con el trío arbitral como foco de las iras y la palabra "robo" que resonaba.
Quizás, el Villa de Santa Brígida, visto lo visto en el arreón final, pagó muy caro sus primeros 45 minutos, donde pecó de sobreexcitación. El equipo satauteño se enfrascó en un fútbol muy rudo que, para nada, le beneficiaba en sus intenciones de remontada. El resultado, juego deslucido y sin ritmo, tanganas por doquier y constantes parones, una situación perfecta para un Elche Ilicitano que gozaba de una cómoda ventaja. La consecuencia, un choque muy poco atractivo y con escasas ocasiones.
Tras el descanso, con el cambio de dibujo táctico y desterrando el fútbol subterráneo, el Villa mejoró, aunque su rival tuvo las opciones más claras. La cosa cambió a falta de cinco minutos con dos goles consecutivos. Se apeló a la heroica y casi da resultado, pero una banderola arriba impidió soñar.
