La sinfonía del monarca. David Jiménez Silva (101 duelos de internacional) completó 63 minutos a un nivel sublime en la segunda jornada de la fase de grupos. Fue retirado bajo un volcán de aplausos. Reconocimiento al poeta. Flores para el emperador más barroco de la factoría invencible. Superada la hora de la batalla ante la caótica Turquía, recibió la ovación de las 40.000 almas del Allianz Riviera de Niza.

En el festival pirotécnico de España, el de Arguineguín tuvo un rol estelar en la actuación más portentosa de un conjunto en esta cita. Nadie juega como La Roja, ningún gigante recita y destila criterio a tanta velocidad. Transiciones, salida limpia de balón, la dictadura de los bajitos es infinita. Morata (2) y Nolito se vistieron de ejecutores, pero Silva está tocado por los ángeles. Ausente en el tramo final del campeonato con el Manchester City -se lesionó en las semifinales de Champions-, ha llegado a Francia con galones. A sus 30 años, porta el estandarte. A la misma altura de mando y jerarquía que Andrés Iniesta.

180 minutos, seis puntos y cuatro goles a favor. La mejor carta de presentación de la Eurocopa más transitada con 24 selecciones. Y en este 'Mundial' del Viejo Contiente -24 conjuntos es el número de la gran cita del balón-, llueven flores para la actual campeona, un universo barroco de regates y pases imposibles. Un sello de ciencia ficción. En esa plataforma, Silva manda y gobierna.

El Chino fue, una vez más, el mejor aliado de Andrés Iniesta. En esa medular fantástica con Busquets, Cesc, Nolito y el manchego, el de Arguineguín empezó por la banda derecha y terminó el primer acto por la izquierda. Tras el descanso, a la inversa, empezó por el carril diestro y acabó por la zurda. Un alma libre.

Con dos remates a portería, en el 59 y 60, el genio dejó una lista infinita de quiebros. Una pesadilla para el conjunto de Terim, que solo encontró la fórmula del atropello -el isleño recibió cinco faltas-.

En los compases iniciales, sacó un córner y le puso a Piqué una pelota deliciosa. El central tuvo el primero de la noche [el que sería su segunda diana en el campeonato]. La libertad de movimientos de Morada y el registro diabólico de Nolito, favorecen el trabajo de Silva. Se le ve disfrutar, clonando los mecanismos de Iniesta. Dos catedráticos del balón, en el timón de una selección invencible.Que dispara su crédito con cada minuto que pasa. Son eternos.

Del Bosque, que señaló a Silva tras la derrota en el duelo inicial ante Suiza en el Mundial glorioso de Sudáfrica (2010), ha recapacitado. Ahora entrega todos los galones al Chino. Ayer, fue el primer cambio.

No fue Iniesta, fue el rey David Silva. Y mientras se retiraba, el banquillo de La Roja, le brindó un poderoso homenaje. El reconocimiento de Casillas y compañía. De recital en recital, no hay quién frene al renacentista. Busca su tercera corona.

Kilómetros de glamour

El artista grancanario suma trece encuentros en las tres últimas fases finales de la Eurocopa. Cinco en la de Austria y Suiza (2008) -no jugó ante Grecia para tener descanso-, los seis de Ucrania y Polonia (2012) y dos en la de Francia. Tres goles y la condición de invicto. La gloria de un pintor de otro época. El piloto del Lamborguini rojo del Del Bosque. España late al ritmo del Chino. Cada arrancada, cada pálpito del grancanario marca el devenir de la campeona.Abre puertas y ventanas. "Será dificilísimo, pero vamos a intentar ganar la tercera consecutiva. Estamos disfrutando". La voz del rey.