¿Cómo se enteró de su designación para los Juegos Olímpicos de Río?
La verdad es que resultó un poco curioso, porque me lo comunicaron hace casi un año. Y, además, en un día muy señalado. Me enteré el Día del Pino en Teror, adonde fui caminando. No sé si la Virgen tuvo algo que ver [risas]. Alguien me felicitó y ni sabía el porqué. La verdad es que me puse contentísima. A partir de ahí, empecé a mirar qué compañeros iban de otros países, y vi que acudía otra gente con la que ya he coincidido en grandes competiciones anteriores. En total, vamos quince jueces y yo soy la única española. Estoy con muchas ganas. Figúrese, tengo los pasajes para volar a Brasil desde noviembre.
¿Qué supone ser partícipe directo de la competición por antonomasia, unos Juegos?
Primero, un reconocimiento a mi trayectoria y, segundo, una gran responsabilidad, porque tienes que decidir cosas importantes.
Y acude a unos Juegos justo cuando España, una fija en las últimas citas olímpicas y casi una garantía de medalla, no logra clasificarse por equipos...[sólo actuará en la modalidad de dúos con Gemma Mengual y Ona Carbonell].
Sí, es una pena. En la selección española se ha producido un relevo generacional, entrando gente nueva. No logró la clasificación en el Preolímpico, a pesar de haber trabajado muy duro, y eso me consta. Hay que tener en cuenta que el resto de países también evoluciona. Ahí estaban por ejemplo Japón, que ya venía creciendo en los últimos años, e Italia, que sin duda fue la gran sorpresa.
¿Cree que este varapalo tiene algo que ver con la polémica desatada en torno a la selección española de natación sincronizada con la polémica que se armó tras ser destituida la entrenadora Anna Tarrés?
Para nada. En mi opinión, no creo que la ausencia del equipo español en los Juegos sea consecuencia de la destitución de Anna Tarrés. Son historias completamente diferentes. La competición es así, a veces las cosas van bien y otras, como en esta ocasión, mal.
Parece que para España llegó un fin de ciclo, ¿se volverá a estar entre las mejores?
Seguro que nuestro país volverá a situarse en las posiciones de honor de este deporte, están trabajando muy duro. Además, las perspectivas son buenas, porque nuestras júnior han conseguido buenos resultados internacionalmente.
Una curiosidad, ¿resulta complicado el tener que juzgar a tu propio país en una cita internacional de relevancia?
Hombre, es un poco difícil retrotraerse de que estás juzgando el ejercicio de la selección de tu país, donde las conoces a todas, has estado tiempo junto a ellas...
Al hablar de los Juegos de Río, una pregunta obligada a todos los que, de una forma u otra, participarán en la cita olímpica, el virus del Zika. ¿Preocupada?
No me preocupa. Me tranquilizó lo que me dijo una compañera juez española que estuvo allí en el Preolímpico, que se disputó en la misma piscina y estuvo en el mismo hotel en el que voy a quedarme yo. Me comentó que ella usó todos tipo de repelentes y no le picó ningún mosquito, no le pasó nada. Además, cuando ella acudió era verano y ahora allí están en invierno. Además, a mí nunca me ha picado ningún mosquito, y espero que no vaya a ser ahora. También hablé con Gemma Mengual y Ona Carbonell y me comentaron que no tuvieron ningún problema en el Preolímpico con ese tema.
En una reciente entrevista, Marta Mangué, jugadora grancanaria de balonmano que acudirá a Río con la selección, dijo que si veía el tema muy peligroso se volvía. ¿Haría lo mismo?
Yo no me vuelvo. Ningún mosquito me va a privar de disfrutar de esa experiencia. Claro que me ha sorprendido el revuelo que se ha levantado con este asunto; afecta, pero también creo que se ha exagerado un poco. Además, la FINA nos ha enviado información sobre el tema y algunas advertencias. Hemos estado informados en todo momento. En Brasil, temo más la inseguridad que a los mosquitos.
Ya sabemos cómo se preparan los deportistas de cara a una competición tan importante como ésta, y un juez?
También nosotros tenemos una preparación especial de cara a estos grandes eventos. Por ejemplo, justo antes de los Juegos viajaré a Los Ángeles, en Estados Unidos, para intervenir en el US Open, donde podré tener contacto con la alta competición, porque allí tomarán parte muchas de las deportistas que luego irán a Río. También a principios de mes acudiré al Trofeo Infantas de España en Alicante, de carácter internacional. Además, ojeo vídeos y nos vamos reciclando y viendo las novedades.
En este deporte, se habla de los diferentes criterios de los jueces, o la distinta vara de medir a unas y a otras, ¿qué le parecen estos comentarios?
No lo creo. Hay que tener en cuenta que son tres apartados los que hay que juzgar: dificultad, la parte artística y la ejecución, todos de forma independiente. El reglamento nos dicta los criterios para puntuar. Además, nosotros también somos evaluados por la FINA (Federación Internacional de Natación), y si creen que hemos fallado nos pueden bajar de categoría, que existen tres: A, B y G. Para ir a los Juegos tienes que tener la máxima categoría, como en mi caso.
Para un juez, ¿el acudir a una cita importante como ésta resulta tan ilusionante como para cualquier deportista?
La ilusión es la misma, porque se trata de la máxima competición internacional. En cuanto a un Mundial, puede parecerse en algo porque allí se encuentran las mejores, pero estamos en un evento que no se circunscribe sólo a las modalidades que engloba la natación: natación, sincronizada, waterpolo y saltos.
Y en el caso de la 'sincro', ¿van los mejores a los Juegos?
No, porque las plazas se reparten por continentes. Por ejemplo, España es superior a países como Australia o Egipto. El sistema de clasificación, quizás, resulta un poco injusto, pero lo acatamos, porque para eso existe un Preolímpico para poder clasificarte sino has logrado la plaza de tu continente.
Al menos, en esta nueva cita olímpica, la sincronizada canaria estará representada por usted, ya que no habrá ninguna deportista como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos...
Sí, porque en las últimas ediciones hemos tenido a Thaïs Henríquez, que ha logrado varias medallas, y antes a Paola Tirados, que también consiguió subirse al podio. La sincronizada ha sido el único deporte de la natación que nos ha representado en los Juegos en las últimas décadas.
¿Cómo llegó a convertirse en juez de natación sincronizada?
Practicaba este deporte y un día me vi en la encrucijada de seguir como entrenadora o como juez. Al final me decidí por lo segundo porque lo consideré más interesante, pues ya había actuado en las competiciones con las más pequeñas en mi etapa como nadadora. Hablo del año 91. Luego me presenté al título nacional y luego la Federación Española me propuso a la FINA. Comencé en el año 96, en la última categoría, la G, luego pasé a la B y después a la máxima, la A. Gracias a la sincronizada he conocido medio mundo y he conseguido muchos amigos en el Facebook [risas].
Y a todo esto, cómo está de salud la 'sincro' en las Islas actualmente, pues usted es la responsable de esta especialidad en la Federación Canaria...
Pues estamos intentando volver a donde ya estuvimos, en las posiciones de honor a nivel nacional. En las categorías inferiores hemos logrado muy buenos resultados. Esperemos que, de nuevo, lleguemos a los primeros puestos del ránking. El año que viene vamos a llevar a una selección a un campeonato internacional, para que las chicas ganen experiencia y motivación. Nosotros estamos en desventaja con respecto a las potencias españolas, Madrid y Barcelona o Andalucía, porque cuentan con centros de alto rendimiento que les da la opción a las deportistas de compatibilizar su formación con el deporte. Aquí, incluso tenemos problemas de espacios, porque sólo podemos disponer de ellos en unos horarios muy complicados paras las jóvenes. Ahora mismo diría que tenemos problemas con las corcheras.
