El Real Madrid pudo revalidar, 22 años después, el título de campeón de Liga Endesa al derrotar al Barcelona en el cuarto partido de la serie por 91-84 y anotarse el 3-1 definitivo, con Sergio Llull como uno de sus jugadores más destacados.

Pese al buen comienzo del Real Madrid, por medio de Trey Thompkins autor de los cinco primeros puntos del equipo, fue el Barça el que salió más centrado a la pista, consciente de lo que se jugaba y de que su apuesta no era otra que el todo o la nada.

El marcador se torció para un Real Madrid que pareció menos centrado, 9-15 (min.4.) y que llegó a perder por 9 puntos de diferencia (17-26) y que redujo levemente al final del primer acto, 19-26.

El 19-30 a los 45 segundos de haberse reanudado el juego hizo saltar las alarmas en el Real Madrid y el primero en reaccionar fue Sergio Llull con dos triples consecutivos. El Barcelona comenzó a mostrar su defensa en zona y el equipo de Pablo Laso dio un paso en cuanto a entrega, ya que el balón no fluyó de forma tan natural y rápida como en partidos precedentes. El Madrid, necesitaba reaccionar.

La garra del Madrid maniató al Barcelona y el marcador se fue estrechando hasta que un triple de Rudy, después de una gran acción defensiva, devolvió el mando en el marcador al Real Madrid, 36-34. En poco más de 4 minutos, el Madrid consiguió un parcial de 17-4. A partir de ese momento, los dos equipos supieron que estaba en juego el devenir del partido y durante el resto del cuarto se alternaron en el marcador con exiguas diferencias. Al descanso el Barça se llevó el gato al agua con un 45-47.

Llull hizo gala de su físico para ,con un 2+1 poner al Madrid con 3 puntos de ventaja después de mucho tiempo, 63-63, pero un triple de Navarro volvió a instalar las tablas.

La garra de Jeffery Taylor y una jugada en conexión de Llull con Ayón, 67-63, ocasionaron que Xavi Pascual parara el partido con un tiempo muerto, porque el Madrid entraba peligrosamente en juego de aciertos lo que podía ser mortal para los intereses azulgranas. El Madrid siguió a lo suyo (70-63) y el Barcelona las puertas del infierno, al tiempo que la afición madridista entraba en modo éxtasis. Al final del tercer cuarto se llegó con 72-65.

La tensión comenzó a crecer y cada balón a valer su peso en oro. Las defensas se emplearon a fondo y superaron claramente a los ataques (74-70, tras un parcial de 2-5). La anotación comenzó a ser preocupante, hasta que Sergio Rodríguez conectó un par de triples que espabiló al Madrid. Llull y Thompkins colocaron el 87-80 a falta de minuto y medio, ya con el título muy cerca. Algo que remató Rudy desde la línea de personal para dejar al Real Madrid campeón.