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Ajedrez

"Una partida es como un cuento al que uno mismo le va dando forma"

"Este deporte cumple con todas las reglas y los requisitos para ser olímpico, como los que lo son actualmente", asegura Sabrina Vega, subcampeona de Europa

Sabrina Vega juguetea con su pieza favorita de ajedrez, el caballo. ANDRÉS CRUZ

Gran Maestra Femenina desde 2009. Maestra Internacional desde 2013. Primera Norma de Gran Maestro en 2015. Elo Fide: 2.375. Distinciones al alcance de muy pocos ajedrecistas. Sabrina Vega es una de esas elegidas. La grancanaria, licenciada en Derecho y opositora, vive uno de sus mejores momentos en el ámbito deportivo.

¿Después de varias semanas, ya ha asimilado que es subcampeona de Europa absoluta?

Ahora estoy asimilándolo todo, porque con el ajetreo, el cansancio, el sueño acumulado y los viajes no había podido valorar realmente lo que he logrado. Desde que empecé a jugar al ajedrez, con ocho años de edad, se me había resistido esa medalla, a pesar de que estuve a punto de conseguirla varias veces en campeonatos individuales y con la selección española, pero me quedé a las puertas. Quiero agradecer todo el apoyo que recibí durante una competición que resultó muy dura, pero que con las muestras de apoyo la pude sobrellevar mejor.

Ajedrez, ¿deporte o ciencia?

Deporte, arte y ciencia. Cuando se empieza, por ejemplo en los colegios, puede ser un juego. Cuando ya se toma más en serio, se trata de un deporte que requiere el mismo esfuerzo que cualquier otra especialidad.

¿Qué opina de que el ajedrez no sea deporte olímpico?

Se lleva intentando muchos años, pero no ha conseguido ser olímpico porque no resulta estético, o sea, no es visual para el espectador, algo con lo que no estoy de acuerdo porque se pueden hacer análisis de las partidas, como se hace en Internet y tiene muchos seguidores, ver la actitud de los jugadores durante el juego... Se trata de un deporte reconocido que cumple con todas las reglas y los requisitos para ser olímpico, como los que lo son ahora. Esperemos que en breve pueda ser reconocido. Lo que sí tiene el ajedrez son olimpiadas específicas. De hecho, participaré en breve con la selección española en Bakú (Azerbaiyán).

En una época donde la oferta deportiva es innumerable y en la que los niños y niñas se enganchan

Efectivamente, con la irrupción de los videojuegos resulta cada vez más difícil ver a los chicos y chicas en la calle practicando deporte. Les diría que una partida de ajedrez es como escribir un cuento al que uno mismo le va dando forma, ilusionándose y sin saber cómo será el final.

Cuando con ocho años comenzó a jugar al ajedrez, ¿soñaba alcanzar cotas tan altas?

No, para nada. Cuando empecé en el colegio Dominicas, con Orlando León como monitor, me quedé rápidamente con los movimientos. Luego tuve la suerte que enseguida llegó el Nacional por Edades, donde hice un buen papel. Fue el motor que me impulsó. En esa etapa inicial conté con la ayuda de Pedro Gabino y Ernesto Solana, mi padre ajedrecista.

¿Qué cualidades debe tener un ajedrecista de primer nivel?

Creo que la memoria y la concentración son mis puntos fuertes. Pero luego es la competición la que dicta. No siempre el que más sabe gana, porque cuando compites influyen otras muchas cosas: los nervios, el control, dominar cada situación... Considero que los ajedrecistas funcionamos por rachas.

¿Goza el ajedrez de una buena salud actualmente en las Islas Canarias?

Históricamente, esta tierra ha sido cuna de grandes ajedrecistas y escenario de torneos magistrales. Con el paso de los años se ha experimentado un cierto bajón. Ahora se está produciendo una regeneración y creo que en un futuro se volverán a reverdecer aquellas épocas.

¿Y en España en general?

Debido al momento económico que estamos atravesando, las subvenciones que le llegan a la Federación son pocas, porque se prima más a los deportes de equipo. A pesar de ello, la Federación está gestionando bien el dinero y los recursos con los que cuenta. Se está llevando a cabo una buena labor. Antes, lo normal es que solo un español llegara a la Copa del Mundo, y ahora hay cinco.

¿Tiene algún jugador que le haya servido de referencia?

Principalmente, Francisco Vallejo, el mejor ajedrecista español de los últimos tiempos, un jugador de muchísimo talento y luchador, con el cual me asemejo un poco, incluso también con los problemas de tiempo -risas-.

Volvamos al subcampeonato de Europa logrado en Rumanía. Usted que ya había visto cómo se le habían escapado varias medallas, ¿temió lo peor?

Evidentemente, te da pena que se te escape una medalla cuando lo tienes hecho. Pero no cambiaría nada. Todo merece la pena. Mi filosofía es que todo pasa por algo, y al final todo aquello ha valido para ahora tener esta medalla de plata.

¿Es difícil dedicarse profesionalmente al ajedrez?

Resulta complicado, y más en una época de recortes como la actual. Ahora mismo no me planteo a qué me voy a dedicar en el futuro, aunque ahora estoy apostando por el ajedrez. Lo que sí tengo claro es que este deporte formará parte de mi vida hasta el final.

Y parece que está teniendo éxito en esta etapa en la que ha apostado por el ajedrez...

He sabido planificar mejor las competiciones, elegir mejor los torneos duros en los que participo para llegar sin estar saturada.

Muchas veces tenemos una imagen del jugador de ajedrez que vive en su mundo, ajeno a la realidad social. ¿Es su caso?

No. Ahora mismo me preocupa el resultado de las elecciones que tenemos en puertas, cómo se formará el gobierno tras los resultados. Una de las principales prioridades ahora mismo en España, y que me preocupa, es el empleo juvenil.

¿Había tradición en su familia por el ajedrez? Lo pregunto porque su hermana también es una destacada ajedrecista...

No había tradición; fui la primera en probarlo. Mi hermana Belinda hacía gimnasia rítmica en las Dominicas y yo me decidí por el ajedrez como actividad extra escolar. Como la rítmica tiene fecha de caducidad también decidió practicarlo. La verdad es que tiene mucho talento. Mi padre, en cuanto al ajedrez, quizás me apoyó más a mí. Ella, sin recibir clases y con menos base que yo, tiene un talento natural para este deporte.

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