Argentina y Chile disputan este domingo la final de la Copa América Centenario apenas un año después de verse las caras en la final de la disputada en Chile, que acabó con el triunfo del anfitrión. El Metlife Stadium de East Rutherford, cerca de Nueva York, será el escenario de un choque de titanes desde las 20.00 hora local (1.00 del lunes en Canarias).

El equipo que se proclame campeón se llevará un trofeo con base de material plateado y recubierto de oro de 24 quilates con siete kilos de peso y una altura de 63 centímetros.

Argentina es el favorito, que llega a su tercera final en los últimos tres años con el imperativo de levantar un trofeo que ratifique la jerarquía de una generación dorada de futbolistas comandada por Lionel Messi.

Y por el otro aparece Chile, monarca actual del fútbol sudamericano, que después de obtener el primer título de su historia quiere dejar claro que se ha hecho un hueco en la elite mundial por méritos propios.

La selección del 'Tata' Martino lleva una trayectoria inmaculada. Cinco triunfos, 18 tantos a favor y sólo dos en contra. Además ya sabe lo que es derrotar a Chile en la primera jornada de la fase de grupos (2-1).

Las lesiones han sido el único punto negro de los argentinos. Las bajas de Lavezzi, Gaitán y Di María, que es poco probable que se recupere, dejan como única opción a Erik Lamela para el carril izquierdo del ataque argentino.

Chile llega a la final desprovisto de la presión que se autoimpuso el año pasado por ser el anfitrión y por la necesidad de ganar el primer torneo continental para el país.

No obstante,una victoria sobre Argentina adquiere un valor emocional, ya que demostraría que el título de 2015 no fue una mera casualidad aparejada a su condición de local.

Una de las mejores virtudes del equipo es la presión tenaz que ejerce en todos los sectores del campo, sobre todo en la zona central, donde se hace fuerte Arturo Vidal, un futbolista con dotes de mando, visión de juego y gran despliegue físico.

La delantera tiene calidad y velocidad, con un Eduardo Vargas con la puntería afinada y un Alexis Sánchez fundamental.

A la final, el equipo del argentino Juan Antonio Pizzi llega con todos sus titulares a punto y su única baja es la de Pedro Pablo Hernández, que sufre un esguince de rodilla.