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El Granca mira hacia abajo

La entidad amarilla pule talento en su cantera con el objetivo de ver algún día a sus chicos en el primer equipo

Juanmi Morales, director de la cadena del CB Gran Canaria

El pasado verano, Edy Tavares puso rumbo a su particular sueño americano para jugar en la NBA con los Atlanta Hawks. Así, el caboverdiano dejaba atrás seis años de formación en Gran Canaria, donde había pasado de ser el tipo más alto de Maio -una de las islas que forman el país macaronésico- a uno de los pívots más dominantes de la Liga Endesa. Esa salida, no solo significó el cierre de un círculo que convertía la historia de Big Edy en todo un guión de película, sino también el adiós del club al último gran triunfo de su cantera. Sin Tavares, el Herbalife perdía al único hombre con ficha en el primer equipo formado en La Vega de San José.

Hoy, el Granca vuelve a mirar hacia abajo en busca de talento entre sus chicos. Los resultados de este curso en su cadena son los mejores de los últimos cursos. Entre ellos, destaca el papel realizado por el equipo cadete, subcampeón de España de clubes; pero también el del conjunto júnior, cuarto clasificado del nacional, solo por detrás de Barcelona, Real Madrid y Joventut de Badalona.

Aunque prefiere que las valoraciones las den otros, Juanmi Morales (Las Palmas de Gran Canaria, 1978) no puede evitar estar contento por lo logrado esta campaña. "Quizá este año se haya reflejado más en cuestión de resultados, pero es el fruto del trabajo de todo un grupo de entrenadores y jugadores", sentencia el exjugador.

Morales es desde el verano de 2014 director de cantera de la entidad claretiana. "Estoy seguro de que la gente que estaba antes que nosotros, también estaba muy concienciada con la cantera. Nosotros hemos querido seguir una línea ascendente que marcaron y nos hemos puesto las pilas con los chicos", apunta el directivo amarillo.

En estos dos cursos, el Granca ha pasado de controlar 200 deportistas a cerca de 900 chicos dentro de su círculo. Un número posible gracias no solo a sus equipos federados, sino a las 21 escuelas que tiene repartidas por todos los municipios. De esta manera logra tocar las dos vertientes que están en la idiosincracia del club. Por un lado, la social; por otra, la deportiva. "No solo trabajamos por el carácter social que tiene el deporte y el club, que me parece fundamental para fomentar buenos hábitos entre los chicos, pero nos tomamos muy en serio la formación, la parte más técnica y táctica con un fin: el primer equipo", añade Morales.

Tras años donde equipos como el Canterbury, CBA o Heidelberg dominaban las competiciones, el Granca ha vuelto a encontrar su sitio en el baloncesto base canario. "Hemos vuelto a competir bien con esos clubes, la competencia es buena con ellos nos hace crecer a todos", reflexiona. Los resultados junto con el trabajo diario de técnicos como Gabi Alonso, Alexis Lombilla, Víctor Fernández o Chago Santana han devuelto al Granca su lugar. "No sé por qué razón , pero antes generábamos cierto rechazo. Una vez que comprueban como funcionamos, tanto padres como jugadores quieren estar aquí. Los chicos quieren volver a jugar con nosotros", apunta.

Pero no solo chicos de las Islas apuestan por el Granca. La captación para intentar conseguir promesas internacionales es básica en el club. "Es una necesidad. Si vas por Triana no ves a chicos de dos metros por la calle. No los hay. Los jugadores becados crecen con nosotros y también hacen que los chicos de aquí crezcan", resalta. Todo con la filosofía de que no vuelquen todos sus esfuerzos en el baloncesto y dejen espacio también a los estudios. Un proyecto de cantera que no entiende de fronteras con la certeza de que más allá del Arena, en el Granca hay talento.

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