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De Los Ángeles a Río

Joaquín Blanco Albalat, que representará en vela a España en Brasil, emula a su progenitor

De Los Ángeles a Río

En el hogar de los Blanco Albalat, una familia marcada por su íntima relación con el deporte de la vela tanto por la rama paterna como materna, seguirán muy intensamente la actualidad de los próximos Juegos de Río. Joaquín defenderá el pabellón español dentro de la clase Láser Standard. El vástago continuará así la senda de su progenitor, Joaquín Blanco Roca, que ya disfrutó durante su trayectoria deportiva de una cita olímpica. El actual presidente de la Federación Canaria de Vela obtuvo diploma en Los Ángeles 84, después de terminar cuarto en la clase Finn tras acariciar el podio.

Joaquín Blanco Albalat (25-06-1989) ya tiene establecida su hoja de ruta hasta el evento brasileño, que califica como "el momento más ilusionante de mi vida, porque he dedicado muchas horas de trabajo para llegar hasta ahí". Primero pondrá rumbo hasta la capital carioca para participar en una pequeña regata de entrenamiento. Luego, tendrá ocho días para desconectar de nuevo en la Isla. El 28 de este mes cruzará de nuevo el charco para afrontar el momento cumbre de su carrera deportiva. El 5 de agosto toca la inauguración y del 8 al 15, la competición pura y dura.

Su ambición es hacer un buen papel y "dar el callo". Se marca como objetivo disfrutar, "y entre más adelante estás en las regatas, más disfrutas", apunta el nieto de Joaquín Blanco Torrent, el gran impulsor de la vela moderna en Canarias y el padre de grandes y talentosos regatistas como los laureados hermanos Doreste -que también forman parte de la familia- y Fernando León. También por parte de madre Joaquín lleva en sus genes este deporte. Su abuelo, Manuel Albalat Casadó, fue fundador y secretario general del Club de Vela Palamós. Uno de sus tíos maternos, Manuel Albalat Aubiol, logró el entorchado mundial de la clase 470 en 1974 junto a Toño Gorostegui.

El grancanario no se marca un objetivo en cuanto a resultados en su participación en la cita olímpica brasileña, "porque sería negativo". "Existe una gran competitividad en la clase Láser, donde hay un nivel muy parejo. Si haces una buena competición, estarás muy arriba, pero de lo contrario, te sitúas muy abajo", explicó.

El regatista del RC Náutico de Gran Canaria apunta que las condiciones con las que se encontrará en la capital brasileña pueden beneficiarle: "Existen dos campos de regata. Uno, fuera de la bahía, donde las condiciones son muy similares a las que tenemos aquí en Las Palmas de Gran Canaria, con bastante ola atlántica y viento, algo que me favorece. El otro, dentro de la bahía, presenta más complicaciones para mí, por el tema de las corrientes y los cambios de viento. El tiempo que he estado preparándome en Río, he trabajado más en esa zona. Cuando me toque navegar ahí tendré que estar más atento".

Para Joaquín, su padre es una referencia. "Creo que el hecho de que yo también sea olímpico como él nos satisface a ambos. Él me ha acompañado siempre en este camino; me siento muy orgulloso de que esté contento con el trabajo que he hecho", señala el componente del equipo de regatas del RC Náutico de Gran Canaria.

Sobre la actuación de su progenitor en Los Ángeles, cree que lograr una cuarta posición en unos Juegos "es un puestazo". "Él partía con opciones de medalla, yo no, porque no estoy entre los favoritos, pero se intentará. A mi padre, quizás, le traicionaron los nervios. Me aconseja que me tome esta competición como una regata más a pesar del escenario, que no me obsesione por los resultados y que disfrute, que éstos ya vendrán", afirma.

Por su parte, Joaquín Blanco Roca, el padre de la criatura, le recomienda de cara a su participación en la cita olímpica que "no se meta presión, que no lo vea como una regata única en su vida", pues podrá tener opciones de disfrutar de otros Juegos. "La vida es corta, pero larga", concluye.

Recuerda el progenitor que en los Juegos de Los Ángeles, en 1984, "una protesta de un irlandés" le dejó sin medalla". "Apuré mucho en una virada. Si no hubiese sido por eso, iba bien encaminado para subirme al podio, pero nunca se sabe", explica.

De esa experiencia, el actual presidente de la Federación Canaria de Vela recuerda con cariño cuando conoció a Carl Lewis, o cuando los jugadores de la selección española de baloncesto, que obtuvo una histórica medalla de plata, les apoyaban en las regatas. También reconoce que "me lo pasé mucho mejor cuando acudí como reserva a los Juegos de Montreal (1976) sin tener presión".

Desde los siete años de edad, su hijo Joaquín comenzó su idilio con la vela deportiva, compartiendo momentos junto a su hermana Ana y su padre. Su primer sueño era ganar el primer trofeo, con el que durmió esa noche. A partir de ahí, ya en su mente estaba cosechar su segunda victoria. Su oportunidad olímpica, casi con toda seguridad, podría haber llegado antes, pero cumpliendo un pacto que selló con sus progenitores dejó un poco de lado la vela para centrarse en sus estudios. En Barcelona terminó Ingeniería Industrial y, tras ello, lleva cuatro años centrado más en el deporte. Desde el 2012 ha trabajado a tope para obtener la recompensa de unos Juegos.

El deporte de la vela, históricamente, ha sido un seguro de éxito para España en las citas olímpicas. Sobre las opciones en Río, Joaquín Blanco Albalat se muestra optimista: "Creo que tenemos muchas posibilidades de conseguir medalla en este deporte. En la selección hay gente que ya sabe lo que es subir al podio en esta competición. Además, contamos con jóvenes pujantes. Pienso que vamos a hacer unos buenos Juegos".

Amén de lo meramente deportivo, varios asuntos espinosos rodean la celebración de los Juegos Olímpicos de Río. En cuanto al virus del Zika, ni al regatista grancanario ni a su entrenador Óliver Bravo de Laguna, que le acompañará y que también vive su primera experiencia olímpica, les preocupa, pues no han tenido problemas en sus recientes visitas a la sede de las competiciones.

'Ofnis', en la bahía

Otro problema, el de la inseguridad, tampoco levanta en ellos temor: taxi de puerta a puerta y no hacer ostentaciones. Una tercera cuestión, el de la extrema suciedad de las aguas donde se celebran la regatas, sí que levanta suspicacias en los grancanarios. Óliver, en este caso, apunta que se pueden encontrar "ofnis (objetos flotantes no identificados) que te pueden jugar malas pasadas".

Al contrario que su pupilo, el entrenador sí que lo considera como "favorito" para luchar por las medallas, "porque se lo ha currado y tiene que salir con confianza". Cree que para firmar una buena competición el deportista isleño "debe sentirse cómodo" y también apunta que es importante tener fortaleza mental "para no venirse abajo si se sufre un mal día". Recalca que el regatista "está haciendo un sacrificio enorme para llegar bien a esta gran oportunidad que se le presenta: "Lo ha dado todo, sin descuidar nada en su preparación".

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